La Noche Trágica de Rodrigo Bueno: Un Recorrido por la Última Actuación del Potro
El 24 de junio del año 2000, Buenos Aires se vio sacudida por una tragedia que marcaría a fuego la historia de la música argentina. Rodrigo Bueno, uno de los íconos más queridos del cuarteto, se encontraba en su Ford Explorer roja junto a su ex Patricia Pacheco, su hijo Ramiro y otros amigos, cuando un accidente fatal selló su destino. Las reflexiones que él mismo compartió antes de su muerte, en las que conversaba sobre cómo la muerte transforma la percepción de una persona, parecen casi premonitorias. El cantante, conocido por su energía inagotable, había dejado una sorprendente huella en la memoria colectiva, y su inesperado final dejó muchas preguntas sin respuesta. ¿Acaso fue un accidente o la culminación de una oscura red de intrigas?
Aquel fatídico día, Rodrigo había brillado en los estudios de Canal 13, grabando para el programa "La Biblia y el Calefón". Su carisma y sentido del humor llenaban la sala, y quienes lo rodeaban recordaban con cariño su andar ligero y su risa contagiosa. Después de la grabbed, se dirigió a El Corralón, donde compartió una cena con su familia y amigos. Sin embargo, aquel ambiente festivo pronto se tornaría en tragedia. El viaje hacia el boliche Escándalo se desarrolló entre risas, pero una serie de decisiones fatídicas y circunstancias adversas llevaron a un desenlace inesperado. Rodrigo decidió conducir, dejando atrás la opción de ir con su amigo Gustavo Urraca, lo cual sería crucial en los eventos que seguirían.
La travesía en la autopista se tornó peligrosa. Tras una serie de maniobras arriesgadas, la camioneta de Rodrigo se vio acorralada por otro vehículo, llevando a una caída de velocidad y finalmente, a un impacto devastador contra el guardarrail. La escena de la tragedia fue escalofriante, con el cuerpo de Rodrigo encontrado a 150 metros del vehículo, una imagen que quedaría grabada para siempre en la memoria de los argentinos. La investigación de este accidente mostró que la camioneta iba a alta velocidad y que, debido al mal estado de la carretera, el control se volvió inalcanzable. El fatal desenlace, dejando dentro del vehículo la vida de su amigo Fernando Olmedo y lesiones a otros ocupantes, marcó el fin de una estrella en ascenso y el comienzo de una leyenda que perdura en el corazón de su pueblo.
