El engaño de Gerardo Barrientos: Un sacerdote ficticio
Gerardo Enrique Rojas Barrientos ha captado la atención de los medios por sus engaños como supuesto sacerdote católico. Luego de que el Obispado de San Carlos de Bariloche desmintiera su estatus eclesiástico, la periodista de investigación Yohali Reséndiz expuso una serie de irregularidades que revelan un entramado de identidades falsas. En una entrevista, Reséndiz compartió que, tras investigar en el Registro Civil de Morelos, no encontraron evidencia que respaldara la vida de Barrientos en esa región, contradiciendo sus afirmaciones de ser originario de Cuernavaca. De hecho, el obispado que mencionó a Barrientos recibió denuncias sobre sus intentos de engañar a fieles, afirmando erróneamente tener un nombramiento del Papa Francisco.
Un camaleón de identidades
El modus operandi de Barrientos es sorprendentemente versátil. No solo se presentó como sacerdote, sino que también se hizo pasar por médico oncológico, brindando esperanzas y tratamientos a pacientes. Según Reséndiz, “esto es gravísimo”, ya que ningún organismo médico parece haber verificado sus credenciales. A lo largo de los años, Barrientos ha logrado moverse entre países, lo que complica su seguimiento legal. En su trayectoria de engaños, ha sido visto incluso en Madrid en 2008, donde varios usuarios en redes sociales lo identificaron y denunciaron su suplantación de identidad. Este fenómeno plantea un serio cuestionamiento sobre cómo un individuo puede operar sin consecuencias significativas.
La huella de una investigación
Durante su aparición en los estudios de El Seis TV, Barrientos afirmó haber viajado a Chile tras una invitación de una iglesia católica independiente, argumentando que no tenía intención de engañar. Sin embargo, el Obispado de San Carlos emitió un comunicado oficial, subrayando que no pertenece a ninguna congregación reconocida y advirtiendo sobre su identidad cuestionable. Al ser interrogado sobre las acusaciones en línea, Barrientos minimizó su gravedad y sugirió que todo estaba “resuelto”. La historia de este falso sacerdote en Bariloche es un claro recordatorio de la complejidad de los fraudes que pueden surgir en contextos de vulnerabilidad, así como de la necesidad de mayor vigilancia y verificación en la comunidad eclesiástica.