Esquí Social: Una Aventura Inclusiva en Bariloche
Un Ritual Semanal en la Montaña
Desde las primeras luces del lunes hasta el cierre de la semana, un grupo de jóvenes barilochenses se embarca en un ritual transformador. La llegada al Cerro Catedral a las 9:15, seguidas de las clases de esquí a las 10, marcan el comienzo de una jornada que culmina con un almuerzo compartido a las 13 y un regreso al hogar a las 14. Este recorrido no solo significa cambiar el asfalto por nieve, sino también transformar la rutina en aventura. Esta experiencia no es simplemente deportiva; es un viaje que conecta a los participantes con su identidad y su entorno.
Una Iniciativa con Raíces Comunitarias
Desde su inicio en 1999, el programa de Esquí Social ha dejado huellas profundas en el tejido social de Bariloche. Bajo la gestión del intendente Walter Cortés y con la coordinación del secretario Fabián Zúñiga, esta iniciativa reafirma que el acceso a espacios naturales y recreativos es un derecho fundamental. Se reconoce que incluir a la juventud en actividades que históricamente fueron exclusivas de otros, es esencial para construir comunidad. Este programa busca derribar barreras y fomentar la pertenencia, algo que se siente en cada clase y en cada conversación compartida en el refugio.
Jóvenes Protagonistas en su Realidad
No solo Bariloche recibe a turistas de todo el mundo; también es un lugar donde sus jóvenes son protagonistas. El Esquí Social permite que ellos reconozcan y revaloricen su propia ciudad. “Bariloche no solo recibe turistas que llegan de distintos rincones del mundo. También se reconoce a sí misma a través de sus jóvenes”, afirman desde la municipalidad. Esta conexión renovada con el Cerro, que deja de ser un horizonte lejano para convertirse en parte de la identidad barrial, hace del programa una experiencia enriquecedora que va más allá del deporte y el ocio.