Disminución del Gasto Social en Argentina: Una Realidad Alarming
En el contexto actual argentino, el gasto social ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de economistas y ciudadanos, especialmente tras la reciente publicación de la Asociación Argentina del Presupuesto y las Finanzas Públicas (ASAP). Aunque en el primer semestre del año pasado se registró un aumento del 21,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior, las cifras aún reflejan una caída del 10,8% en relación a 2023. Esta disminución ha encendido alarmas sobre el futuro de los programas públicos diseñados para elevar la calidad de vida de los ciudadanos, generando preocupación en sectores vulnerables que dependen de estas asistencias.
Un análisis más profundo de ASAP revela que el gasto primario ha sufrido un notable retroceso, pasando de $76,8 billones en 2023 a proyecciones de $52,5 billones para 2024, con un leve incremento a $54 billones para 2025. Esta desaceleración no solo plantea un desafío económico, sino que además supone un freno a políticas públicas que podrían impactar significativamente en la vida de millones de argentinos. En particular, las prestaciones de seguridad social, a pesar de un leve aumento, aún se encuentran casi un 11% por debajo de los niveles de hace dos años, lo que pone en entredicho la eficacia de las estrategias implementadas.
La falla en la ejecución de importantes programas es otro factor que contribuye a esta percepción negativa. La reciente Cuenta Inversión de la Contaduría General de la Nación ha puesto al descubierto las grietas en la consecución de metas preestablecidas; por ejemplo, el programa de Políticas contra la Violencia de Género ha alcanzado menos del 1% de sus objetivos previstos. De la misma manera, el gasto en políticas alimentarias presenta un cuadro contradictorio: si bien se superaron ciertas metas en la entrega de ayudas directas, otros aspectos como el apoyo a comedores comunitarios se desplomaron. En este contexto, analistas advierten sobre la urgencia de revaluar las estrategias actuales, enfatizando la importancia de aumentar no solo el presupuesto, sino también la eficacia y la transparencia en el manejo de esos recursos imprescindibles.