En el contexto de un 2025 que ya se perfila complicado, la economía argentina sigue su curso con una inflación que, aunque modesta, despierta inquietudes. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación de junio alcanzó un 1,6%, lo que representa una tasa interanual del 39,4%. Este ligero avance en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) resulta significativo, especialmente si consideramos que en mayo, el aumento fue del 1,5%. Estos números, si bien no son alentadores por sí solos, sugieren que hay un intento de estabilización en la economía después de meses de vaivenes, lo que ofrece un aire de esperanza al gobierno que busca contener el aumento de precios.
Un aspecto clave a tener en cuenta es la disparidad entre la inflación en la Ciudad de Buenos Aires y el resto del país. En la metrópoli, la inflación mensual fue más alta, alcanzando el 2,1%. Este fenómeno se debe en gran parte al peso que tienen los servicios —como el gas, la luz, el agua y las telecomunicaciones— en el cálculo del IPC porteño. Mientras que en otras provincias, los alimentos y bebidas predominan en la canasta básica y, por ende, en el indicador general, en Buenos Aires los ajustes en servicios públicos tienen un impacto más fuerte sobre la inflación. Esta distinción recalca las diferentes realidades económicas que viven los habitantes de la ciudad en comparación con el resto del país.
La historia reciente de la inflación en Argentina se ha visto marcada por episodios dramáticos. Desde que asumió el actual gobierno en diciembre de 2023, se registró una devaluación significativa que disparó la inflación a un vertiginoso 25,47% en un solo mes. A partir de allí, el trayecto ha sido irregular, con momentos de fluctuaciones que fueron influenciadas por la política monetaria y el flujo de financiamiento externo. Hasta mayo de 2025, la inflación acumulada nacional se sitúa en un asombroso 209,39%. Estos números reflejan no solo la dificultad de la gestión económica, sino también la necesidad de políticas efectivas y sostenibles que puedan frenar este ciclo de aumento de precios y darle estabilidad a la economía argentina.