La valentía de Mariano Martínez al hablar de la dislexia
Recientemente, Mariano Martínez tuvo una conversación sincera con Mario Pergolini en el programa Otro día perdido, donde abrió su corazón sobre un tema que ha marcado su vida: la dislexia. Desde su infancia, este trastorno de aprendizaje lo ha acompañado y, según comentó, “la pasé muy mal de chico”. La dislexia, a menudo mal entendida, puede generar una profunda frustración en los niños, quienes pueden verse enfrentados a dificultades que sus compañeros no experimentan. Mariano, visiblemente conmovido, compartió que este desafío no solo ha impactado su vida, sino también la de sus hijos, quienes han comenzado a mostrar indicios del mismo trastorno. Su experiencia personal lo ha llevado a un compromiso firme con el tema, resaltando la importancia de visibilizar y sensibilizar sobre la dislexia.
En la charla, Martínez destacó el papel crucial de la Fundación Difam y los profesionales dedicados al diagnóstico de la dislexia. A través de pruebas específicas, que requieren de la atención de una psicopedagoga, se busca detectar las dificultades que los niños pueden enfrentar en su aprendizaje. “Si tenés la duda con tu hijo, el tema de la lectura es clave”, aconsejó. La importancia de la detección temprana y un tratamiento adecuado es fundamental, ya que puede marcar la diferencia en la vida educativa y emocional de los niños. A partir de su experiencia con uno de sus hijos, el actor enfatizó que “arrancamos todo un tratamiento que hay que hacer durante dos años”, un proceso que permite personalizar el aprendizaje según las necesidades de cada niño.
Además, Martínez mencionó relevantes avances en la legislación educativa en Argentina, destacando una ley que desde 2016 exige adaptar los métodos de enseñanza para incluir a los disléxicos. Según él, es esencial que las instituciones educativas reconozcan que “los disléxicos aprendemos de otra manera”. Esta normativa no solo busca garantizar el derecho a la educación, sino también ofrecer un ambiente más inclusivo donde los niños con dislexia puedan progresar sin las barreras que a menudo surgen en los sistemas educativos tradicionales. En suma, la apertura de Mariano Martínez al hablar de su dislexia no solo ilumina su propia historia, sino que también sirve como un llamado a la acción para toda la sociedad, promoviendo la comprensión y la adaptación necesarias para ayudar a quienes lidian con esta condición.