Un héroe inesperado en La Academia
Franco Pardo se convirtió en el protagonista de una noche mágica para Racing Club, logrando el gol de la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Peñarol. En el cuarto minuto de adición, el exjugador de Unión se escabulló entre la defensa rival y, con un potente cabezazo, dejó sin opciones al arquero Brayan Cortés, desatando un grito de euforia en el Cilindro de Avellaneda. Este momento quedó grabado en la memoria colectiva de los hinchas, a quienes Pardo dedicó su primer tanto en el club en tan solo su séptimo encuentro.
El desenlace inesperado
Cuando parecía que el destino del partido se definiría por penales, el entrenador Gustavo Costas decidió realizar variaciones tácticas que jugaron a favor de la Academia. Pardo, que llegó al equipo en medio de una polémica sobre su fichaje, se halló solo en el segundo palo y supo aprovechar la oportunidad. Su cabezazo, efectivo y preciso, no solo selló el destino del partido, sino que también lo catapultó al estrellato en un equipo que busca volver a pisar fuerte en el ámbito internacional.
Una celebración cargada de emociones
El cordobés, que había tenido un recorrido previo por All Boys y Palestino, compartió su emoción tras el partido, asegurando que sabía que el balón iba a entrar apenas lo conectó. Con lágrimas en los ojos, dedicó su gol a su familia, revelando la espera de un nuevo miembro en su hogar. “Es para mi familia, estamos esperando un bebé”, expresó mientras acariciaba su estómago, una inscripta celebración que resonará especialmente entre el fervoroso público de Racing. Este triunfo no solo significa avanzar en el torneo, sino también reafirmar el espíritu de lucha que caracteriza a La Academia en cada partido.
