Violencia en el fútbol: el caos entre Independiente y la U de Chile
La noche del 21 de agosto de 2025 se tornó trágica en el estadio Libertadores de América, donde el partido de la Copa Sudamericana entre Independiente y la Universidad de Chile fue suspendido por incidentes violentos que incluyeron desmanes, proyectiles y agresiones físicas. El director de Azul Azul, Daniel Schapira, no dudó en culpar a la organización por la gravedad de lo sucedido. En sus palabras con ADN Deportes, señaló: “Aquí hay problemas de todos. Esto se convirtió en un circo”, una declaración que refleja la indignación de quienes presenciaron la situación que se desbordó en el estadio.
Durante el primer tiempo, la barra brava chilena desató su furia en la tribuna, donde robaron banderas, prendieron fuego asientos y lanzaron objetos a los hinchas locales. Con el partido empatado 1-1, la tensión aumentó cuando las autoridades decidieron advertir a los hinchas de la Universidad de Chile que se retiraran. Sin embargo, los árbitros y jugadores no pudieron calmar a la multitud. A las pocas horas, la situación llegó a un punto crítico: “Nos van a prohibir ser visitantes. Es muy difícil el control. Vamos a ser sancionados, no hay ninguna duda, y van a ser sanciones duras”, expresó Schapira, preso de la preocupación por las consecuencias que este episodio acarreará para su club.
Los focos de violencia no se limitaron a las tribunas. Tras la suspensión del partido, varios hinchas de la U de Chile se vieron envueltos en ataques brutalmente orquestados por la barra de Independiente. Reportes indican que algunos fanáticos quedaron desnudos y heridos por objetos punzantes. Para muchos, la imagen de un hincha que cayó desde la Popular Sur Alta es un símbolo del sufrimiento y la locura de esta noche en Avellaneda. Como resultado, varios heridos fueron trasladados al Hospital Fiorito, marcando un nuevo capítulo oscuro en la historia del fútbol argentino.