Boca y Su Legado Educativo: Un Viaje a 1967
En el Día del Maestro, es momento de recordar cómo el club Boca Juniors dejó una huella más allá de las canchas en septiembre de 1967. Bajo la presidencia de Alberto José Armando, el Xeneize lanzó un ambicioso proyecto que fue pionero en su tipo: la donación de escuelas a lo largo y ancho del país. El programa, denominado “Armando Escuelas”, se gestó en un contexto en el que las finanzas del club estaban en su apogeo y buscaba devolverle a la comunidad el apoyo que tanto le otorgaba.
La iniciativa consistió en donar una escuela a cada provincia argentina, lo que resultó en un desembolso de 2.500.000 pesos de aquella época, equivalentes a unos 150 mil millones en la actualidad. Las estructuras, características por su diseño en forma de hexágono, fueron construidas con chapa y madera, y pintadas con los colores azul y oro. Sin embargo, el ingenio de los chicos no tardó en cambiar el apodo de estas escuelas, que se conocieron como “Calesitas”, haciendo alusión a la forma lúdica que les daban.
El Legado de “La Calesita Encantada”
En el caso concreto del Jardín de Infantes Nº 1 de Tierra del Fuego, conocido como “La Calesita Encantada”, la historia comienza en 1972. Este establecimiento se convirtió en el primer jardín de nivel inicial en El Fin del Mundo y, aunque con el tiempo cambió su estructura y colores, su directora, Virginia Bertossi, anhela una conexión con Boca: “Me gustaría poder tener una placa conmemorativa y establecer contacto con el club, con el que no hemos vuelto a tener relación desde la dádiva”.
No muy lejos, en Tucumán, la Escuela Primaria Nº 203 Tiburcio Díaz también recibió una de estas innovadoras estructuras en 1969. A pesar de que esta escuela ya existía desde 1918, se benefició al trasladarse a la “Calesita” donada, que la acompañó hasta 2008. La directora del nivel secundario, Magdalena Moreno, logró establecer vínculos con el club que le permitieron recibir varias visitas de delegaciones boquenses.
Un Patrimonio en Riesgo
No todas las “Calesitas” han tenido la misma suerte. La escuela de Formosa, que lleva el nombre de José Ignacio Fernández Maradona, cayó en desgracia y se derrumbó durante la última década. También la de Chubut, que, afectada por incendios, debió ser trasladada a otro establecimiento. Según fuentes de TyC Sports, de las 23 escuelas donadas, solo 15 siguen en funcionamiento, y entre ellas, se cuentan aquellas que aún mantienen la estructura original. Entre los que persisten, se encuentran la Escuela Nº 4102 Carmen Salas en Salta y la Escuela Nº 48 Ricardo Guiraldes en Entre Ríos, que son ejemplos vivos de un legado que trasciende más allá de un simple gesto.