La Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan y la Comisión de Salud en la Búsqueda de Transparencia
El Hospital Garrahan, un auténtico pilar en la atención pediátrica de Argentina, está enfrentando serias controversias en torno a la gestión de sus recursos. La Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), junto a la Comisión de Salud del Congreso de la Nación, ha solicitado urgentemente un informe sobre la auditoría de los bienes administrados por el Consejo de Administración. La preocupación surge tras denuncias de que fondos que deberían haberse destinado a mejoras en infraestructura y salarios han sido desviados hacia un fondo de inversión, insinuado por los medios como parte de una estrategia vinculada a la administración de Javier Milei y a la figura de Luis Caputo.
La secretaria general de la APyT, Norma Lezana, ha expresado que esta situación ha conmocionado a la comunidad del hospital, ya que se investiga el destino de aproximadamente 40.000 millones de pesos. Este monto representa el 35% de la recaudación por prácticas médicas en el sanatorio, fondos que, por ley, debían haber beneficiado a los trabajadores y contribuido a la expansión de las instalaciones. Lezana critica que las autoridades del hospital no han logrado justificar este redireccionamiento, lo cual ha suscitado un clima de desconfianza y malestar entre los empleados.
La situación ha generado una ola de reacciones, no solo entre los profesionales de la salud, sino también en el ámbito político. La diputada Victoria Tolosa Paz ha sido una de las voces más contundentes en la crítica hacia la gestión actual, sugiriendo que estos recursos fueron utilizados para fines ajenos a la mejora del hospital. Ante este escenario, los trabajadores del Garrahan han tomado las calles, uniendo esfuerzos con pacientes, familias y organizaciones defensoras de los derechos humanos. Su objetivo es claro: demandar la revisión de una “Ley de Emergencia Pediátrica” que asegure el uso responsable de los fondos y la recuperación del poder adquisitivo de los empleados. Para ellos, esta lucha es mucho más que una batalla por derechos laborales; es una defensa de un servicio fundamental para la niñez argentina, que no puede pasar por alto en tiempos de crisis.


