La Crisis del Servicio de Gas en Bariloche
El 19 de septiembre de 2025, el arquitecto Ricardo Lerchundi se unió al coro de voces en defensa de una necesidad básica: el servicio de gas natural en Bariloche. En su intervención, dejó clara la frustración del Colegio de Arquitectos, que cuestiona la falta de respuestas de Camuzzi, la empresa responsable. Tras haberse financiado las obras necesarias para las plantas de bombeo, Lerchundi lamentó que “hasta hoy no hemos tenido ningún tipo de avance”. Resaltó que esta situación afecta a muchas familias, subrayando que “los patagónicos necesitamos de este servicio sí o sí”. La desesperación es palpable, dada la intensa demanda que surge durante el invierno patagónico, donde las bajas temperaturas son un desafío constante.
Los testimonios de los afectados son desgarradores. Juan Pablo Beltramone, uno de los más de 5,000 usuarios afectados, se presentó como representante de muchas familias que sufren en el frío invierno sin acceso a gas natural. “Cada tubo de gas sale 85 mil pesos”, mencionó, enfatizando que si bien él puede hacer el esfuerzo, hay quienes se encuentran en una situación desesperante. “No pueden permitirse el lujo de calentarse”, subrayó, llamando la atención sobre la empática desconexión de Camuzzi y del Estado. Esta falta de respuesta se siente más que nunca, considerándose un elemento preponderante en el sufrimiento cotidiano de los ciudadanos.
La discusión sobre la obra de ampliación del servicio revela que la solución no es suficiente. Lerchundi advirtió que “claramente no es una solución definitiva”, y cuestionó la capacidad de la cooperativa para suplir el servicio con electricidad a largo plazo. Mientras Chamatrópulos, otro referente clave, comentó sobre la responsabilidad de la empresa frente a los usuarios y el Estado, cada uno de ellos deriva en la necesidad de replantear cómo se abastece a la población. Indicó que se cumple un aniversario de 25 años desde que se otorgó la concesión pública a la empresa, y que recientemente han solicitado una extensión sin licitación por diez años más. Esta situación suscita interrogantes sobre el desempeño y la seriedad de Camuzzi en el cumplimiento de sus obligaciones, en un contexto donde las vidas y el bienestar de los ciudadanos están en juego.