La Tragedia de las Inundaciones en Buenos Aires: El Lamento de Sofía Zámolo
En medio de una conmovedora travesía llena de esperanza y dolor, Sofía Zámolo, conocida modelo y figura mediática, utilizó sus redes sociales para expresar un agradecimiento desgarrador por la solidaridad que recibió durante la búsqueda de su familiar, Diego Uriburu, tío de su esposo, José Félix Uriburu. El, tristemente, había desaparecido el 16 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, afectada por intensas lluvias que causaron la inundación de numerosas localidades. En su mensaje, Zámolo agradeció a familiares, amigos y desconocidos por su apoyo en una búsqueda que culminó en la trágica noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de Diego, de 71 años, en un tramo inundado de la ruta 41.
El hallazgo fue confirmado por Fabián García, director de Defensa Civil de la Provincia de Buenos Aires. Diego Uriburu estaba atrapado en su auto, un Renault Kwid, cuando las lluvias, que dejaron más de 410 milímetros en poco tiempo, desbordaron el camino y lo convirtieron en una trampa mortal. A los complicados factores climáticos se sumó su condición de diabético, ya que no llevaba consigo su medicación. La desesperación de su familia se palpaba en cada mensaje que Zámolo publicaba en Instagram, donde pedía ayuda y ofrecía detalles de la situación. La comunidad respondió masivamente, pero a pesar de los esfuerzos, el silencio fue, lamentablemente, lo que prevaleció durante horas.
La familia Uriburu comparte un vínculo cercano y fuerte, tras casi una década de convivencia entre Sofía y José Félix. Juntos, han construido una vida con momentos de felicidad, como el nacimiento de su hija California en octubre de 2020. Sin embargo, ahora se enfrentan a un duelo desgarrador mientras el agua sigue causando estragos en la provincia. Las inundaciones no solo han cobrado la vida de Diego, sino que también han dejado tras de sí otras víctimas fatales, como Pablo Catacata, quien intentó salvar a su compañera de trabajo, Antonella Barrios, y se encuentra desaparecida. En medio de esta devastación, el dolor de la familia Uriburu se siente en cada rincón, recordándonos la fragilidad de la vida ante la furia de la naturaleza.