La Historia de un Obispo: Monseñor Ares en la Mañana de Radio Seis
Una Vida Forjada en la Fe
El obispo Ares nació en Buenos Aires en 1963, en una familia de inmigrantes españoles y como hijo único. Desde su infancia, vivió a solo una cuadra y media del Congreso de la Nación, lo que le permitió crecer en un ambiente de fervor nacional y cultural. A lo largo de su relato, comparte con humor que “son los caminos de Dios” los que llevaron a un hijo único a convertirse en cura. Su vocación se gestó en la adolescencia, cuando comenzó a realizar la peregrinación a Luján a los 14 años. Prometió a la Virgen que, si lograba sobrellevar sus desafíos escolares, haría un servicio durante la caminata. Fue en esa experiencia donde sintió por primera vez un llamado profundo: “Dios, si vos me querés pedir que sea cura, está bien, pero no tengo idea”. Esta promesa marcó el inicio de su camino hacia la vida religiosa.
El Rol de la Familia y la Formación Sacerdotal
Respecto a la influencia de sus padres en su vocación, Ares destaca la frase de su padre: “Si vos vas a ser feliz en eso, yo también voy a ser feliz”, una frase que le dejó una huella imborrable. Tras ser ordenado sacerdote, Ares ejerció su ministerio en varias parroquias en Buenos Aires, incluyendo San Cayetano de Liniers, donde se familiarizó con la religiosidad popular, y estuvo en el colegio de San Ramón Nonato con más de 1,500 alumnos. Aquí aprendió la importancia del acompañamiento en momentos difíciles, como la pérdida de un hijo, entendiendo que muchas veces, el silencio es el mejor consuelo.
Destinos y Desafíos en Bariloche
En su trayectoria, Ares recuerda su papel como párroco del santuario de San Expedito, un destino que le asignó el arzobispo Jorge Bergoglio, quien le hizo notar que allí muchos buscaban un retorno a la fe. En 2022, Ares fue nombrado obispo de Bariloche en un día que llamó providencial, ya que recibió la noticia el 8 de mayo, coincidiendo con la festividad de la Virgen de Luján. Desde su llegada, ha estado muy presente en la diócesis, recorriendo comunidades que, aunque pequeñas, poseen una fe profunda. Ares también comentó sobre la peregrinación a la Virgen de las Nieves, que simboliza la espiritualidad personal de la región, donde la gente busca un encuentro directo con lo divino. Su enfoque siempre ha sido fomentar la participación de los laicos en la vida de la Iglesia, destacando que “Dios va confirmando la entrega” en su misión pastoral.


