Los menores y su nueva oportunidad en el mercado financiero
En una decisión que marca un antes y un después en la inclusión financiera, el Gobierno ha aprobado la posibilidad de que los adolescentes a partir de 13 años puedan suscribir cuotapartes de fondos comunes de inversión (FCI). Según la Resolución General N° 1091 de la Comisión Nacional de Valores (CNV), este grupo demográfico ahora tiene acceso a un mundo previamente reservado para adultos. Este cambio llega como una respuesta a las demandas de una juventud cada vez más interesada en el manejo de sus finanzas, brindándoles la oportunidad de conectarse de manera activa y consciente con el mercado de capitales.
Previo a esta normativa, la RG N° 977 había dado un primer paso al permitir a los menores invertir en Fondos Comunes de Inversión Abiertos del tipo “Money Market”. Estas inversiones se caracterizan por su bajo riesgo y alta liquidez, lo que significa que son una excelente manera de que los chicos empiecen a formar hábitos responsables en la gestión de dinero. Ahora, con la nueva regulación, se amplían las opciones disponibles, siempre bajo la supervisión de padres o tutores. Este enfoque busca no solo introducir a los adolescentes en el mundo de las finanzas, sino también cultivar en ellos valores fundamentales como la planificación y el ahorro, creando así una base sólida para su futuro económico.
Roberto E. Silva, presidente de la CNV, destaca que esta iniciativa refuerza el concepto de autonomía progresiva, reconociendo que los adolescentes están preparados para asumir responsabilidades en sus decisiones de inversión. Si bien los datos muestran que más de un millón de subcuentas comitentes han sido creadas para menores de edad, es preciso mencionar que la normativa también incluye restricciones importantes para proteger a los jóvenes inversores. Por ejemplo, no está permitida la inversión en fondos de inversión cerrados, lo que garantiza que los adolescentes se mantengan dentro de un marco seguro mientras adquieren conocimientos sobre el funcionamiento de los mercados. Con un contexto positivo y creciente participación juvenil, este cambio promete impulsar una cultura financiera que beneficiará tanto a los individuos como a la sociedad en su conjunto.


