La protección del huillín: un paso clave para preservar la fauna patagónica
El huillín, un mamífero anfibio carnívoro que habita en las aguas de Patagonia, ha sido objeto de una reciente iniciativa legislativa que busca asegurar su supervivencia. La Legislatura de Río Negro, liderada por el legislador Fernando Frugoni, aprobó en primera vuelta un proyecto que lo declara monumento natural, lo cual implica restricciones severas para prevenir su captura, comercio y para proteger su hábitat. Esta medida, impulsada por el alarmante descenso de su población, es una respuesta a los peligros que enfrenta, como la competencia con el visón americano, una especie invasora que amenaza su existencia. La decisión de declararlo monumento natural no solo frena actividades destructivas, sino que busca abrir un camino hacia la educación e investigación en torno a esta emblemática especie.
El huillín tiene un papel crucial dentro de su ecosistema. Como depredador tope, ayuda a regular las poblaciones de peces y crustáceos, lo que a su vez previene el desbalance en la cadena alimentaria y contribuye a la biodiversidad en su entorno. Gracias a su magnífica adaptación acuática, este animal puede llegar a medir más de un metro de largo, dependiendo del agua para alimentarse y construyendo refugios en las costas ricas en vegetación. Pese a que su caza fue prohibida en 1950, la presión humana sobre su hábitat, a través de la contaminación y otras formas de intervención, ha dejado una huella negativa en su población. Es en este contexto que el Parque Nacional Nahuel Huapi ha implementado un Proyecto de Conservación, que desde los años 80 combina la investigación y la educación para garantizar su preservación a largo plazo.
El respaldo legislativo para el huillín ha sido muy bien recibido, no solo por su importancia ecológica, sino también por su simbolismo en la lucha por la conservación de la fauna patagónica. La legisladora Magdalena Odarda destacó la importancia de esta iniciativa y subrayó la necesidad de extender la protección a otras especies vulnerables de la región, como el guanaco y la ballena franca austral. Además, se han creado nuevos canales para facilitar el monitoreo de la especie, incluyendo la posibilidad de realizar denuncias o registrar avistajes a través de una línea de emergencias ambientales. La aprobación de este proyecto es un hito en una batalla más amplia por proteger la naturaleza en su forma más pura, enseñando a las generaciones futuras la importancia de cuidar la biodiversidad única que presenta la Patagonia.