El desconocimiento sobre la IA profundiza desigualdades y vulnerabilidad social
Por Opy Morales
La brecha del conocimiento
En la actualidad, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un tema omnipresente. Desde las redes sociales hasta el sector laboral, la IA está transformando la manera en que interactuamos con el mundo. Sin embargo, el desconocimiento sobre sus aplicaciones y su funcionamiento genera una brecha significativa en la sociedad. Mientras que algunos se benefician de la tecnología, otros, que carecen de acceso a información o educación sobre la IA, quedan relegados. “La ignorancia sobre la IA se traduce en miedo”, afirma un experto en tecnología. Este miedo se manifiesta de diversas maneras, desde la resistencia al cambio hasta una desconfianza que puede perpetuar la desigualdad social.
Impacto en el empleo y la formación
El avance de la IA no solo afecta a los individuos, sino también al mercado laboral en su conjunto. A medida que las empresas adoptan tecnologías automatizadas, aquellos con escasos conocimientos tecnológicos se enfrentan a la posibilidad de quedarse fuera del mercado laboral. “La educación y la capacitación son esenciales para que todos puedan adaptarse”, sostiene un educador. Sin embargo, el acceso a programas de formación variará significativamente según la ubicación geográfica y el nivel socioeconómico. Esto crea un ciclo vicioso donde la falta de habilidades digitales limita las oportunidades laborales, aumentando la vulnerabilidad social de sectores ya marginados.
La ciberseguridad y la privacidad
Otro aspecto crítico relacionado con el desconocimiento de la IA radica en la ciberseguridad y la privacidad. Las personas que no comprenden los riesgos potenciales de compartir información en línea son más vulnerables a fraudes y ataques cibernéticos. “La educación en ciberseguridad debería ser una prioridad”, argumenta un especialista en innovación. La protección de datos es crucial, especialmente para aquellos en situaciones de riesgo social. Además, la falta de conocimiento sobre cómo gestionar la privacidad digital puede llevar a abusos y a una mayor desigualdad, ya que quienes carecen de recursos tecnológicos tienen menos capacidad para protegerse.