La Tensa Relación Entre Alex Caniggia y Mariana Nannis
La reciente aparición de Alex Caniggia en el programa LAM ha reavivado el interés por su relación con su madre, Mariana Nannis. Durante la entrevista, Alex sorprendió a todos al declarar de manera contundente: “No existe para mí”. Esta afirmación no solo deja ver el profundo abismo emocional que ha crecido entre ellos, sino que también subraya un distanciamiento que ya lleva años. A lo largo de la charla, el mediático contó que mantiene una relación significativamente más cercana con su padre, Claudio Caniggia, con quien comparte proyectos futbolísticos. Sin embargo, la comunicación con su madre permanece completamente rota, y el drama familiar parece estar lejos de resolverse.
Alex recordó episodios conflictivos que marcaron ese quiebre, mencionando su experiencia en el Hotel Faena como un punto de inflexión. Este ambiente familiar tenso se intensificó por las acusaciones de violencia que Mariana ha lanzado hacia Claudio, las cuales Alex desestimó rotundamente. “Mi padre nunca la tocó”, afirmó con firmeza, mostrando su apoyo a Claudio y descalificando las denuncias de su madre. Además, la falta de acercamiento se evidencia en el hecho de que Nannis no conoce a su nieta Venezia, lo que añade una capa más de dolor a esta ruptura familiar.
Por otro lado, la vida personal de Alex ha tomado un giro notable. Tras meses de separación, decidió retomar su relación con la bailarina Melody Luz. Aunque habían enfrentado su propia crisis, se presentaron juntos en el programa para hablar sobre su reconciliación y la dinámica de crianza de su hija. Sin embargo, la alegría por su vuelta se ha visto empañada por la animosidad con Mariana Nannis, quien ha expresado, en sutiles indirectas a través de redes sociales, su oposición a la pareja. Melody, por su parte, ha respondido con ironía y firmeza, posicionándose como una madre cariñosa y presente, en un claro contraste con la imagen que ha dado Nannis. Las tensiones entre las generaciones de mujeres en esta familia parecen no tener fin, ofreciendo un espectáculo de conflictos que mantiene a la audiencia en vilo.