La Carne en el Centro de la Tormenta Inflacionaria
En el contexto de una economía argentina golpeada por la inflación, el precio de la carne se ha convertido en un tema candente. Un ícono culinario que alguna vez fue accesible para muchas familias, el asado ahora se ve relegado a ocasiones especiales. En noviembre, el precio de la carne experimentó un incremento del 8%, lo que ha llevado a muchos a replantear sus hábitos alimenticios. La situación se torna más alarmante considerando que la inflación minorista alcanzó el 2,5% en ese mes, la cifra más alta del último semestre, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Esto refleja que los alimentos, en particular la carne, son los grandes culpables del aumento en los precios.
Los datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) también revelan que en noviembre, la canasta de cortes de carne se encareció un 8,2%, llevándola a un preocupante incremento del 72,8% en términos interanuales. En un contexto donde otros productos como el pollo y el cerdo muestran alzas más moderadas, la carne de res ha asumido un rol protagónico en las subas de precios, contrarrestando la tendencia general de inflación que ronda el 32% y 33%. Este fenómeno resalta no solo cómo se desvirtúan los valores de los productos, sino también cómo los asados familiares se convierten en lujos cada vez más difíciles de alcanzar.
A pesar de los intentos por mejorar el poder adquisitivo de los argentinos mediante aumentos salariales, la realidad es difícil de afrontar. El salario promedio reflejó un crecimiento interanual del 39% hasta octubre, frente a un IPC de 33,6%, pero esto no se traduce en una mejora real del acceso a la carne. Los precios de la carne continúan desafiando la lógica, dejando una brecha significativa entre el aumento de ingresos y el costo de bienes esenciales. Para muchos, esto significa que el asado, que es más que una comida, se transforma en un lujo reservado para el domingo, una experiencia que solía ser parte de la cotidianidad argentina se convierte en un anhelo lejano.
