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Asado para unos pocos: el costo de la carne aumentó un 8% en solo un mes

Lectura Obligada

El Aumento del Precio de la Carne: Un Golpe a la Cultura del Asado Argentino

En el corazón del menú argentino, el asado se erige como un símbolo de tradición y encuentro familiar. Sin embargo, la realidad económica del país está comenzando a transformar este plato emblemático en un lujo cada vez menos accesible. Durante noviembre último, el precio de la carne subió un alarmante 8%, consolidando su liderazgo en el ascenso de precios de los alimentos. Esta tendencia no solo se traduce en un mayor gasto en la compra de productos básicos, sino que también redefine la forma en que los argentinos se relacionan con su comida. Mientras en otras categorías los aumentos son más moderados, el incremento desmedido en la carne resalta las dificultades que enfrentan las familias a la hora de disfrutar de un asado durante el fin de semana.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) no dejan lugar a dudas: la inflación minorista alcanzó un 2,5% en noviembre, el nivel más alto en seis meses. Los alimentos, en particular, son los principales responsables de este incremento, siendo la carne el protagonista indiscutible. Lo preocupante es que no se trata solo de un fenómeno pasajero; los informes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) mencionan que, en términos interanuales, los precios de la carne han subido un alarmante 72,8%. Comparado con la inflación total del año pasado, que fue de un 31,4%, es evidente que el precio de la carne de res está desmarcándose de una tendencia más moderada que exhiben otros alimentos como el pollo y el cerdo, cuyos aumentos están más en línea con la inflación general.

A medida que el poder adquisitivo se ve comprometido, el impacto de estos aumentos empieza a sentirse en la vida cotidiana de los argentinos. Aunque se han implementado aumentos salariales que buscan mitigar la situación, como un 39% de incremento interanual en los salarios reflejados por el RIPTE, la realidad es que el aumento en el precio de la carne apenas ha dejado huellas en este ajuste. La distancia entre el salario y el costo de la carne se vuelve cada vez más pronunciada, convirtiendo el asado—antes una reunión familiar común—en un evento reservado para ocasiones especiales. Este desbalance no solo afecta la alimentación y el disfrute, sino que también ensombrece la rica tradición gastronómica argentina, transformando el asado de un hábito cotidiano a un lujo extraordinario.

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