Aumento de Precios Mayoristas: Un Alerta Económica
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha compartido cifras que prenden las alarmas sobre la inflación en Argentina. En septiembre, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró un notable aumento del 3,7% en comparación con el mes anterior, acumulando un total del 20% en lo que va del año y un alarmante 24,2% en relación al año pasado. Este incremento se debe, predominantemente, al aumento del 3,3% en los precios de los “Productos nacionales” y un impresionante 9,0% en los “Productos importados”. Estas cifras refuerzan la preocupación sobre la posible continuidad de la inflación en el mercado minorista, indicando que los costos que enfrentan los empresarios podrían trasladarse a los consumidores en el corto plazo.
Además, el informe del Indec nos revela variaciones significativas en diferentes categorías de productos. Dentro de la inflación mayorista, se destaca un 0,42% en los “Productos agropecuarios” y un 0,37% en los “Productos refinados de petróleo”, seguido de un 0,35% en “Automotores, carrocerías y repuestos”. Como resultado, el Índice de Precios Internos Básicos al por mayor (IPIB) también reflejó un incremento del 3,7%. Por su parte, el Índice de Precios Básicos del Productor (IPP) subió un 4,0%, impulsado por un 5,2% en “Productos primarios” y un 3,5% en “Productos manufacturados y energía eléctrica”. Este escenario plantea interrogantes sobre la capacidad de los productores para absorber estos costos sin repercutir en el consumidor final.
El contraste entre la inflación mayorista y la minorista también resulta revelador. En septiembre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró un aumento del 2,1%, acumulando un 22% en lo que va del año y un 31,8% interanual, con sectores como “Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles” liderando las alzas con un 3,1%. Este desbalance resalta el desafío que enfrenta la economía argentina, donde la gran diferencia entre la inflación mayorista y la que se experimenta en el día a día de la población podría ser un indicador de futuras complicaciones para el poder adquisitivo de los argentinos en los próximos meses.