Un legado teatral: los 50 años de Carlos Rottemberg
Carlos Rottemberg, una de las figuras más emblemáticas del teatro argentino, celebró un hito excepcional: medio siglo en el mundo del espectáculo. Con 68 años y una carrera que comenzó a los 17, este empresario teatral ha dejado una huella indeleble en la cultura nacional. Reconocido no sólo por su compromiso con el arte, sino también por su trato humano y cercano hacia artistas y público, Rottemberg expresó su gratitud hacia la profesión: “Soy un agradecido a esta profesión porque fui bien tratado desde chiquito”. Pocas veces se escucha a alguien afirmar que no tiene arrepentimientos, pero para él, cada paso dado ha sido un regalo.
El pasado 1 de julio, Multiteatro homenajeó a su fundador rememorando el inicio de su travesía en el teatro, que comenzó en el Ateneo de Buenos Aires y ha evolucionado hasta convertirse en una plataforma fundamental para las artes escénicas. "Fueron cinco décadas de una vocación convertida en profesión", señalaron. Desde entonces, la relación entre Rottemberg y su público ha sido de respeto y admiración mutua. Él lo reconoce: "Soy bien tratado. Lo siento por la profesión y en todas sus vertientes", lo que denota su aprecio por las relaciones humanas, el verdadero núcleo del teatro.
Más allá de la celebración, Rottemberg también reflexionó sobre la importancia del vínculo interpersonal en el ámbito de la producción teatral. En una conversación sobre su trayectoria, comentó que “para ser empresario del espectáculo, tenés que ser más teatrista que empresario”. Esta filosofía se traduce en un compromiso genuino hacia los actores y el público. En una anécdota, recordó que los contratos en su carrera siempre han sido un simple apretón de manos, lo que refleja su creencia en el valor de la palabra y las relaciones basadas en la confianza. En un momento personal significativo, expresó que su familia es su más grande soporte, recordando que “la mano siempre te la da la familia y los afectos”. Este enfoque no sólo ha cimentado su éxito, sino que también lo ha mantenido fiel a sus raíces y a lo que realmente importa: la conexión humana en cada función.