La Tormenta Avanza, La Resistencia También
Este mediodía, el Centro Cívico de Bariloche se convirtió en el escenario de un llamativo Cientificidio titulado “La tormenta avanza, la resistencia también”, un evento que resonó con el emblemático trabajo de ciencia ficción “El Eternauta”. La convocatoria, a la que asistió una gran cantidad de barilochenses, sirvió como plataforma para visibilizar el descontento hacia la situación actual que enfrenta el sistema científico-tecnológico y universitario en Argentina. Fotos de Eugenia Neme capturaron la esencia de la jornada, donde se hacía hincapié en la defensa de los derechos adquiridos, en medio de un contexto nacional considerado desfavorable.
Las voces de los protagonistas no se hicieron esperar. Sebastián Benítez, investigador de CONICET, y Diego Aguiar, vicerrector de la UNRN Sede Andina, compartieron su perspectiva en el programa “Chocolate por la Noticia” de El Cordillerano Radio. Ambos resaltaron la situación crítica que atraviesa la ciencia en el país, marcada por un fuerte desfinanciamiento. Según Benítez, la mayoría de las naciones que el gobierno argentino valoriza son aquellas que invierten en ciencia y tecnología, entendiendo su vital importancia para el desarrollo y la prosperidad. Destacaron que Bariloche, con una notable densidad de científicos por habitante, no es solo un destino turístico, sino un centro que genera un impacto significativo en el ámbito global.
La preocupación se hizo más palpable al mencionar los recortes y ajustes que afectan a las universidades e instituciones. Aguiar señaló que estos recortes se traducen en una caída drástica de los salarios y el estancamiento del financiamiento para proyectos de investigación. En un contexto donde la Agencia Argentina de Promoción Científica ha dejado de funcionar y no se han nombrado nuevos funcionarios, la situación se torna aún más grave. En palabras de Aguiar, la ley que estipula el financiamiento de la ciencia y tecnología ha sido incumplida, y los recortes han llevado a una reducción que retrocede a niveles del año 2001. Esta realidad plantea un desafío urgente: la conciencia de la población sobre la importancia de la ciencia y la tecnología como respuestas a los problemas del país actualmente.