Recordando la Tragedia de Yokohama
El 27 de noviembre de 2001 está grabado en la memoria colectiva de los hinchas de Boca Juniors como un día fatídico. El equipo argentino se enfrentó al Bayern Múnich en la segunda final consecutiva de la Copa Intercontinental en Japón. En un escenario marcado por la crisis política y económica de Argentina, el defensor Cristian Traverso volvió a revivir esos momentos en una reciente entrevista con TyC Sports. Con humildad, Traverso admitió: “No me acuerdo de nada, no lo volví a ver nunca más”. Sin embargo, unas imágenes le refrescaron la memoria, llevándolo de nuevo a un campo donde Boca tuvo su oportunidad, pero no pudo concretar.
Cambios en el Plantel y Estrategia
La derrota fue aún más dura considerando los cambios en la formación. Boca no contaba con jugadores clave como Ibarra, Bermúdez y Matellán, dejando a Traverso en un papel diferente, “en el medio éramos Villarreal, Chicho y yo, no le podíamos ganar a nadie”. Sin embargo, las chances se presentaron. Durante el primer tiempo, el equipo argentino mostró destellos de su calidad, pero el delantero Chelo Delgado falló varios goles claros, y el árbitro danés Kim Milton Nielsen influyó en el partido, expulsando a Delgado tras una simulación que Traverso tildó de “hijo de puta”. “Jugar todo el segundo tiempo y el suplementario con uno menos fue cuesta arriba”, reflexionó el exdefensor.
Cierre Emocional y Dificultades en el Juego
La situación se tornó aún más complicada cuando el Bayern logró anotar el único gol del partido, un momento que Traverso vivió con frustración y enojo. “Fue un gol de mierda el que nos hicieron”, sentenció. Aun así, el equipo no se rindió. La performance del Mellizo Barros Schelotto fue notable, y su esfuerzo no pasó desapercibido por Traverso. En ese contexto, Boca Juniors demostró su entrega. La imagen de Riquelme llorando en el césped tras el silbato final quedó grabada, y aunque la derrota fue dolorosa, para Traverso, “visto a la distancia, tiene un gran valor”.
