Crisis del Agua en Bariloche: Consecuencias del Frío Sostenido
Recientemente, Bariloche ha enfrentado un desafío significativo con la interrupción del servicio de agua en varios hogares, comercios y edificios públicos debido a cañerías congeladas. Con las temperaturas cayendo por debajo de cero, la ciudad experimenta una de las olas de frío más intensas del invierno, lo que ha llevado a muchos vecinos a comunicarse con las emisoras locales para compartir su preocupación por la falta de acceso al agua. Este problema ha afectado incluso a las instituciones educativas, como la escuela 187, que se vio obligada a suspender clases por la escasez del vital recurso. Resulta crucial entender las causas de esta situación y las medidas que se pueden tomar para prevenir daños en las instalaciones de agua.
Desde Aguas Rionegrinas se están haciendo llamados a la comunidad para que tomen precauciones en la identificación y aislamiento de aquellas tuberías que están expuestas a las inclemencias del tiempo. Las cañerías más vulnerables son las que se encuentran al aire libre, así como aquellas que se encuentran en lugares poco calefaccionados, como sótanos, garajes o áreas adyacentes a paredes exteriores. Se sugiere el uso de materiales aislantes como tubos de espuma de polietileno, mantas térmicas o incluso métodos caseros como cartón o papel de periódico para ofrecer una protección adicional. Estos simples pasos pueden marcar una gran diferencia, evitando así que el agua se congele y se generen daños irreparables en las infraestructuras.
Además, hay ciertas prácticas que pueden ayudar a mantener el flujo de agua durante el frío extremo. Por ejemplo, dejar un grifo goteando ligeramente puede ayudar a prevenir la congelación, ya que el movimiento constante del agua reduce este riesgo. También es recomendable desconectar mangueras exteriores y cerrar la llave de paso principal si se planea estar ausente por varios días. Y si, lamentablemente, las cañerías ya se han congelado, se deben evitar métodos peligrosos como el uso de fuego directo para descongelarlas. Un enfoque más seguro incluye el uso de un secador de pelo o paños calientes para aplicar calor de forma controlada. En caso de no poder resolver la situación, lo mejor es consultar a un profesional para evitar complicaciones mayores.