El Impacto del Congelamiento del Bono para Jubilados en Argentina
El gobierno de Javier Milei ha intensificado su política de ajuste sobre los jubilados, ratificando este martes el congelamiento del bono de emergencia que complementa sus haberes. Desde marzo de 2024, este bono se mantiene en 70 mil pesos, una cifra que ha ido perdiendo su valor debido a la inflación creciente. En un contexto de crisis económica, esto ha generado una preocupación significativa entre los pensionados, quienes ven cómo sus ingresos no se ajustan a la realidad del costo de vida. Esta situación plantea serias interrogantes sobre cómo deberían amoldarse las políticas públicas para salvaguardar el bienestar de nuestros ciudadanos mayores.
El reciente Decreto 444/2025, que reafirma esta decisión, ha sido tema de debate intenso en los últimos días. Firmado por Javier Milei, su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, establece firmemente un compromiso con un enfoque de ajuste que, en 15 meses, ha mantenido el bono en los mismos 70 mil pesos. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) presenta cifras alarmantes que reflejan la desproporción entre el monto congelado y lo que debería ser si se hubiese ajustado por inflación. Según cálculos de CEPA, el bono debería estar actualmente en 154.400 pesos, más del doble del monto vigente, lo que refuerza el sentimiento de agravio de muchos jubilados que habían esperado políticas más justas.
Asimismo, el decreto afecta a un amplio espectro de jubilados, abarcando tanto a quienes reciben prestaciones contributivas de la ANSES como a aquellos que acceden a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) y otros tipos de pensiones no contributivas. La medida se orienta principalmente a quienes perciben el haber mínimo previsional garantizado, lo que implica que recibirán un ingreso mensual total de 379.294,80 pesos, incluyendo el bono. Sin embargo, esta cifra, aunque parezca suficiente en papel, no refleja la realidad financiera que enfrentan muchos adultos mayores. El congelamiento del bono se traduce no solo en una pérdida de poder adquisitivo, sino también en una sensación de desamparo para una parte esencial de nuestra sociedad: los jubilados que han trabajado toda su vida y que ahora dependen de estos ingresos para vivir dignamente.
