Complicaciones en la atención de ANDIS en Bariloche
El pasado 14 de julio de 2025, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) se vio envuelta en un embrollo significativo cuando su oficina, ubicada en el kilómetro 6, fue clausurada por la Inspección Municipal. Vecinos como Claudia, quien llegó con un turno a primera hora, relataron cómo se encontraron con carteles que indicaban una atención de 10 a 18 horas, contradiciendo la información previa. La situación se volvió más confusa cuando Rocío Godoy, directora de discapacidad, se presentó sin ofrecer explicaciones claras. Mientras las personas esperaban, la inesperada intervención de las autoridades dejó a muchos en vilo sobre cuáles serían los próximos pasos.
La falta de habilitación y condiciones de seguridad
Según Damián Rogel, de la Inspección General Municipal, el espacio que se estaba utilizando para estas audiencias no contaba con la habilitación adecuada. Describió el lugar como "muy precario", careciendo de fundamentales medidas de seguridad, como extintores y baños accesibles para personas con discapacidad. Además, el ambiente carecía de calefacción, lo que aumenta la preocupación por la seguridad de aquellos que dependen de tales servicios. Rogel lamentó que la apertura de esta oficina se realizó sin la aprobación necesaria del municipio, un proceso que debió incluir una solicitud de autorización.
Alternativas y búsqueda de soluciones
La escena en la oficina de ANDIS es un reflejo de la falta de planificación y recursos que enfrentan las personas con discapacidad en Bariloche. Rocío Godoy confirmó que el lugar no era apto, ya que no permitía el acceso de sillas de ruedas, y sólo había escaleras. En respuesta a la urgencia, se están evaluando alternativas como trasladar la atención a un hospital o a un gimnasio municipal a partir de las 16 horas. La situación es tensa, pues además de la incertidumbre sobre los turnos, hubo incidentes de salud que complicaron aún más la situación, como el desvanecimiento de una persona sin acceso inmediato a ambulancias. La comunidad ahora espera con ansiedad saber dónde continuará la atención para asegurar el bienestar y los derechos de quienes dependen de estos servicios.