La Crisis de la Industria Panadera en Argentina: Una Lucha por la Subsistencia
La industria panadera argentina vive un momento crítico que ha llevado al cierre de aproximadamente 1.800 panaderías desde la llegada de Javier Milei a la presidencia. Esta situación, sumada a la quiebra de 17.000 pequeñas y medianas empresas (pymes) en los últimos dos años, ha resultado en la pérdida de entre 11 y 15 mil puestos de trabajo, afectando de forma profunda a miles de familias. Martín Pinto, presidente de la Cámara de Industriales Panaderos (Cipan), enfatiza que el sector ha estado “trabajando siempre a pérdida”, con una gran mayoría de los trabajadores sintiendo que solo pueden “subsistir” en un entorno donde los constantes aumentos de costos operativos se han vuelto insostenibles.
Los retos para los panaderos son diversos y complejos. Con el aumento de las tarifas de energía eléctrica en un 45% a 50%, los costos de producción se han disparado. Esto se suma a un drástico descenso en el consumo de pan y productos de pastelería; el pueblo argentino ha reducido su ingesta de pan en un 55% y hasta un asombroso 85% en productos de pastelería, un hecho que golpea significativamente la rentabilidad de los negocios. Pinto ha sido contundente al señalar que la situación es tan grave que las panaderías se ven forzadas a despedir empleados si no logran aumentar sus ventas, lo que crea un ciclo vicioso donde la disminución de consumo lleva a más despidos, exacerbando la crisis socioeconómica.
El cambio en los hábitos de consumo del argentino medio pone de manifiesto el impacto de esta crisis. La frase “comprar lo que se puede, no lo que se quiere” resuena con fuerza entre los ciudadanos, que deben reequilibrar sus finanzas en un mar de inflación y recortes. En este contexto, el sector panadero se siente atrapado, enfrentándose a la dura realidad de salarios estancados y un consumo afectado por la falta de poder adquisitivo. Mientras se despliegan soluciones a corto plazo, como la reducción de personal para intentar sobrevivir, la mirada está fija en un horizonte incierto que apenas vislumbra alivios.
