El Voluntariado Hospitalario de Reiki en Bariloche: Un Camino de Bienestar
Un inicio inspirador
El voluntariado hospitalario de Reiki del Hospital Zonal de Bariloche celebra sus 15 años de existencia, una trayectoria que comenzó en 2010 gracias a la iniciativa de Ana Biotti y Mariana Hecker. Este proyecto se inspiró en las prácticas de hospitales europeos donde el Reiki ya había demostrado ser un complemento positivo en el tratamiento de pacientes. Tras presentar el plan al director del hospital y obtener su aprobación, el voluntariado se implementó inicialmente en el área de oncología. Lorena Vaudagna, instructora de Reiki y actual coordinadora del grupo, recuerda cómo la idea nació tras un viaje de Ana a Europa, donde el poder del Reiki en entornos hospitalarios la impresionó y la llevó a preguntarse: “¿por qué no tenerlo en nuestro hospital en Bariloche?”
Evolución y aceptación del Reiki en el hospital
Al inicio, el equipo de voluntarios ofrecía sesiones de Reiki amaradas por cierta resistencia dentro del equipo médico. Las sesiones se realizaban principalmente en oncología, gracias a la colaboración de una enfermera que refería a pacientes. Según Vaudagna, la práctica comenzó con mucho respeto y permitiendo que los pacientes decidieran si querían recibir Reiki. Con el paso de los años, el programa ha crecido y ahora se lleva a cabo los martes y viernes de 10 a 12 en diferentes áreas del hospital, incluyendo cuidados paliativos. Muchos pacientes prefieren coordinar sus turnos de quimioterapia para coincidir con estos días, ya que reportan un alivio en los efectos secundarios. La coordinadora recalca: “Los mismos pacientes piden el día que están las chicas de Reiki, porque reciben la quimio de otra manera”.
Un cambio de paradigma
La percepción sobre el Reiki ha cambiado significativamente en el ambiente hospitalario. Inicialmente, hubo recelo entre el personal de salud, pero hoy médicos y enfermeros muestran una actitud mucho más abierta y varios incluso han decidido formarse en Reiki. Este cambio de mirada se reforzó con la participación del grupo en congresos de medicina, lo que ayudó a legitimar y consolidar el Reiki dentro de los espacios académicos y profesionales. La efectividad del programa es respaldada por el testimonio de los pacientes; cerca del 90% de quienes han recibido sesiones de Reiki han notado mejoras en su bienestar. Vaudagna menciona cómo, incluso en medio de un tratamiento difícil, los pacientes reciben al grupo con sonrisas: “Hay más vida ahí adentro que afuera”. Para unirse al voluntariado, es necesario contar con formación en Reiki de al menos tres niveles y una práctica sostenida, lo que garantiza un acompañamiento efectivo para quienes más lo necesitan.


