El Regreso de las Hinchadas: Un Cambio en el Fútbol Argentino
Tras el reconocimiento mundial en el Mundial de Clubes, liderado por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a las hinchadas argentinas, el fútbol del país se encuentra ante un reto crucial. Desde 2013, las autoridades decidieron prohibir el ingreso de público visitante en un intento de reducir la violencia en las canchas. Sin embargo, esta decisión ha resultado en un paradoja notable: durante la década de restricciones, más de 70 personas han perdido la vida en incidentes relacionados con el fútbol. Según la ONG Salvemos Al Fútbol, tras la prohibición se registraron 71 fallecimientos entre 2013 y 2023, un número superior a los 61 de la década anterior.
La esencia del fútbol argentino ha sido distorsionada por una restricción que va más allá de cerrar las puertas a los fans rivales. El fútbol, que comenzó en las calles y se gestó entre vecinos sin reglas estrictas ni vallas de separación, se ha convertido en un espectáculo donde solo una parte del público puede vivir la experiencia. El regreso de los hinchas visitantes en partidos como Instituto vs. River y Lanús vs. Rosario Central vuelve a poner en la mesa una pregunta fundamental: ¿es posible disfrutar de un verdadero espectáculo sin la diversidad de hinchadas en las tribunas?
El dilema de un fútbol sin vidas en las gradas plantea un panorama inquietante. Las rivalidades, las pasiones y las emociones compartidas son parte de la oferta que convierte a este deporte en más que un simple juego; es un estilo de vida. Al observar la historia del mob football en Inglaterra, sabemos que el verdadero espíritu del fútbol radica en la expresión de la comunidad. Sin esta esencia, el fútbol argentino corre el riesgo de transformarse en un evento aislado, carente de la vitalidad que le otorgan las multitudes. ¿Finalmente, para quién se juega si solo una parte de la afición puede asistir al espectáculo?