La tarjeta de crédito le ganó terreno a la de débito
Durante el segundo trimestre del año, el paisaje financiero argentino sufrió cambios notables, marcados por un uso creciente de tarjetas de crédito, mientras las tarjetas de débito comenzaron a perder protagonismo. Este fenómeno se enmarca en un contexto donde la disminución de la inflación y la mejora de las tasas de interés favorecen a los consumidores. Según el informe del Banco Central, entre abril y junio, se registró un aumento interanual del uso de tarjetas de crédito que varió entre el 69% y el 82%. Una investigación realizada por Payway corroboró estos datos, revelando que la participación de las tarjetas de crédito en el volumen operativo total subió 5,4 puntos porcentuales, alcanzando el 63,2%.
Mientras las tarjetas de crédito se consolidaron, el uso de las tarjetas de débito sufrió un revés significativo. En el mismo período, su participación cayó del 41,5% al 35,95% del volumen total. Asimismo, el número de transacciones con débito disminuyó un 19,4%, en contraposición con un aumento del 10% en las operaciones de crédito. Este cambio de tendencias no solo responde a una preferencia más marcada por el crédito, sino también a la atracción de promociones y beneficios que muchas entidades ofrecen para el uso de estas tarjetas. La aparición de descuentos por pagos en efectivo ha agregado más presión a la baja en el uso de débito, observándose una caída interanual del 3% en el volumen de compras realizadas con ella.
Además, aunque las compras en un solo pago continúan dominando el panorama, representando un 58,3% del volumen total, el interés por las financiaciones a plazos se ha consolidado. Los consumidores están optando cada vez más por esquemas que permiten pagar en cuotas, destacándose las financiaciones en 3 y 6 pagos. Este incremento en la flexibilidad de pago evidencia un cambio en el comportamiento del consumidor, que busca manejar mejor su presupuesto sin dejar de lado el acceso a productos y servicios. Así, el escenario financiero argentino se adapta a las necesidades actuales de sus usuarios, poniendo en relieve el papel central que ocupan las tarjetas de crédito en esta nueva era de consumo.