Las expectativas económicas en Argentina han sufrido un desplome drástico, cayendo casi 20 puntos en tan solo dos meses. Este hecho coincide con la llegada de Javier Milei a la presidencia, un periodo que parece estar marcando un hito en la percepción pública. Según el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la imagen del mandatario ha caído a un alarmante 39%, su nivel más bajo en los 21 meses que lleva al frente del país. Lo que solía ser una propuesta de cambio y esperanza se está transformando en un panorama de desilusión, donde un abrumador 53,4% de los encuestados evalúa su gestión como “muy mala”. Esta situación es especialmente crítica, considerando que sólo un 27,5% de la población mantiene la fe en que la economía pueda mejorar en el corto plazo, una notable disminución de 19 puntos respecto a mediciones anteriores.
La encuesta, realizada antes de la reciente corrida cambiaria, tuvo una muestra de 1.745 personas a nivel nacional, lo que ofrece una visión representativa de la incertidumbre que envuelve al país. Uno de los hallazgos más reveladores es el creciente clamor por un cambio en la dirección económica. Mientras que apenas un 39% de los encuestados todavía se siente positivo respecto a la gestión de Milei, más del 55% está convencido de que es necesario cambiar el rumbo que se ha tomado. Esta insatisfacción no es solo numérica; se refleja en un descontento palpable en la ciudadanía, que siente que las expectativas que se habían creado están lejos de cumplirse. Entre las preocupaciones más destacadas se encuentra el tema de los ingresos y sueldos, que ha aumentado en 15 puntos en el último mes, señal clara de la angustia que atraviesa a gran parte del electorado, incluso a aquellos que antes eran fervientes defensores del presidente.
Los sentimientos de frustración y decepción se han instalado en la sociedad, creando un clima de “bronca” e incertidumbre sobre el futuro del país. Este descontento ha comenzado a erosionar la base de apoyo de Milei, como lo indica la caída del porcentaje de sus seguidores, que ha decrecido del 29% al 20%. Este contexto marca un punto crítico en la política argentina, destacando la volatilidad que caracteriza a este gobierno. La situación actual presenta desafíos sin precedentes, donde las promesas no cumplidas alimentan una atmósfera de desconfianza y ansiedad por lo que vendrá en los próximos meses. Así, el octubre político que se avecina se perfilan como un momento decisivo para evaluar el rumbo del país y la efectividad de las políticas implementadas hasta ahora.