La historia del Turbo Vargas: un goleador que encontró nuevas pasiones
El fútbol argentino atesora una vasta gama de historias, pero pocas son tan emblemáticas como la de Gonzalo Vargas, conocido cariñosamente como el Turbo. Este delantero uruguayo dejó su huella en el fútbol argentino, siendo el máximoartillero del Clausura 2006 con 12 goles. Aquel torneo no solo coronó su paso por Gimnasia y Esgrima La Plata, sino que también lo catapultó a Europa, donde jugó en Mónaco y se unió a la selección uruguaya. Sin embargo, tras su retiro, la búsqueda de nuevas aventuras lo llevó a distanciarse del deporte que tanto amó.
Del césped a las olas y los motores
Vargas inició su carrera en Defensor Sporting y llegó al Lobo en 2005. Durante su etapa en Gimnasia, sus goles resonaron en los corazones de los hinchas, especialmente durante aquel Apertura en el que quedaron segundos ante el Boca de Alfio Basile. Su racha goleadora, que incluyó el memorable partido en el clásico contra Estudiantes, lo llevó a brillar en el Clausura 2006. Sin embargo, fue su salto a Europa lo que marcó un nuevo capítulo en su carrera. Pese a la expectativa, no logró consolidarse en el Mónaco y pasó por préstamo en otros equipos como FC Sochaux y Atlas en México, donde anotó 15 goles en 60 partidos.
Tras una breve vuelta al fútbol argentino entre 2010 y 2012, donde regresó a las filas de Argentinos Juniors y su querido Gimnasia, Vargas optó por un camino diferente. “Dejé por un tema de cabeza, de falta de motivación”, confesó en una entrevista sobre su salida del fútbol profesional. Así, se sumergió en el mundo de las motos y el surf, convirtiéndose en un apasionado de la velocidad, tanto en dos ruedas como en las olas. En sus redes, comparte su amor por competencias y su sueño cumplido de poseer una Kawasaki Ninja, capaz de alcanzar más de 250 km/h.
Un regreso esquivo al fútbol
Curiosamente, en 2022, Boston River intentó seducirlo para que regresara al fútbol profesional, aunque Vargas declinó, alegando que “los jóvenes físicamente vuelan” y que no se sentía al nivel para competir. Aun así, se siente en excelente forma y asegura que “me siento mejor físicamente ahora que cuando terminé de jugar”. Su presente está marcado por nuevas prácticas deportivas y una vida alejada del fútbol que, si bien dejó un vacío, también le regaló un nuevo comienzo lleno de adrenalina y diversión.