La Despedida de un Maestro: Ángel Mahler
La reciente despedida de Ángel Mahler ha dejado una huella profunda en el corazón del mundo artístico argentino. El creador de obras inolvidables como Drácula, Las mil y una noches y El Jorobado de París, se despidió este año luego de una intensa lucha contra un melanoma metastásico que lo llevó a estar hospitalizado desde abril. Al borde del abismo, su familia comunicó que partió en paz, rodeado del amor de quienes lo acompañaron hasta el final. Las redes sociales se inundaron de homenajes que reflejan el impacto emocional de su ausencia, no solo en el público, sino también en sus colegas y amigos, quienes lo describen como un "constructor de sueños".
Cecilia Milone, la emblemática voz de Mina Murray en Drácula, fue una de las figuras que más pesadamente sintió su partida. En un emotivo post, rememoró el momento en el que decidió despedirse de su personaje, a quien Mahler había dado vida y cuya personalidad se entrelazó con la de ella en el escenario. “Nacimos juntas”, escribió Milone, aludiendo a la indisoluble conexión entre su trayectoria y la música de Mahler. Este sentido de dualidad se repitió en numerosos tributos donde se destacaban no solo su talento, sino también su capacidad para abrazar a los artistas que trabajaron a su lado. "Me has entendido", decía Milone, expresando una relación profunda que trascendió el ámbito laboral.
La repercusión de la muerte de Mahler es un testimonio de su legado imborrable. Compositores, actores y músicos se unieron para rendir homenaje a un hombre que definió el teatro musical argentino. Los mensajes de condolencias llegaron de todos los rincones del país, destacando su generosidad y su habilidad para conectar emocionalmente con su audiencia. Desde la conmovedora despedida de Sandra Mihanovich hasta las palabras de admiración de Adrián Barilari, el eco de la tristeza colectiva fue unánime. La multitud de recuerdos compartidos y anécdotas, desde su primera aparición en un escenario hasta el último aplauso, demuestra que su música y su espíritu perduran en cada nota que compuso, en cada espectáculo que iluminó, dejando un vacío difícil de llenar, pero también un legado que honrar.