La Encrucijada Familiar de La China Suárez y Benjamín Vicuña
Recientemente, la vida de la actriz Eugenia "La China" Suárez tomó un giro inesperado cuando Benjamín Vicuña, su expareja y padre de dos de sus hijos, revocó el permiso que permitía a la actriz sacar a los menores del país. Mientras La China se preparaba para acompañar a Mauro Icardi en una pretemporada con el Galatasaray en Turquía, la noticia se transformó rápidamente en un escándalo familiar que acaparó la atención de medios y redes sociales. El gesto sutil de Wanda Nara, quien le dio "me gusta" a un comentario sobre la controversia, evidenció los dos bandos en este triángulo mediático. Este gesto provocó un aluvión de reacciones en las plataformas digitales, donde muchos se inclinaron a criticar la situación con comentarios punzantes.
La situación se complicó aún más cuando se reveló que la decisión de Vicuña de revocar el permiso no fue un simple capricho. Según el análisis de Karina Iavícoli en el programa Infama, el actor chileno decidió actuar de esta manera tras una conversación previa con su abogado. Hasta entonces, La China contaba con un permiso amplio que facilitaba sus viajes al exterior con los niños, pero parece que la relación cordial entre ellos se ha deteriorado. "Cuando hay buena sintonía, se pueden establecer permisos flexibles, pero la situación cambió", explicó Iavícoli. Este trasfondo revela un conflicto más profundo y personal entre los ex.
Por otro lado, la intriga se amplía con la mención de un posible intercambio de mensajes entre Vicuña y Wanda Nara, aunque esto fue desmentido por el propio actor. Lo que queda claro es que la decisión de Vicuña, en un momento de vulnerabilidad familiar, ha dejado a La China sin posibilidad de viajar como había planeado. A pesar de esta dificultad, la actriz mantiene sus planes, pero los dilemas y las tensiones familiares están cada vez más a la vista. Con Wanda en medio del ruido mediático, y Vicuña intentando proteger el bienestar de sus hijos, la saga va más allá de un simple desacuerdo y exhibe la fragilidad de las relaciones entre adultos que deben seguir compartiendo la crianza de los mismos.