Solidaridad en el Fútbol: Guillermo Barros Schelotto Apoya a Miguel Ángel Russo

En una muestra conmovedora de la solidaridad que caracteriza al mundo del fútbol, Guillermo Barros Schelotto, actual entrenador de Vélez, extendió su apoyo a Miguel Ángel Russo, quien permanece internado en el Instituto Fleni debido a una infección urinaria. “Es una persona del fútbol argentino y espero que se pueda recuperar”, expresó el Mellizo, destacando la importancia de la figura de Russo en el ámbito deportivo. Schelotto, quien fue dirigido por Russo durante su paso por Boca Juniors en 2007, no ocultó su deseo de que el timonel xeneize regrese pronto a los campos de juego.

La Salud de Russo y el Futuro de Boca

A medida que transcurren los días, la situación de Miguel Ángel Russo sigue siendo vigilada de cerca por su equipo médico. La decisión de mantenerlo hospitalizado se debe a la necesidad de controlar de manera estricta su tratamiento. Aunque ya ha pasado dos noches en el centro médico, los médicos insisten en que no le darán el alta hasta que la infección no baje por completo. Esta situación genera incertidumbre en el plantel, que ve a Russo como un pilar fundamental en su preparación para los próximos compromisos.

Mientras tanto, las riendas del equipo xeneize están a cargo de Claudio Úbeda y su cuerpo técnico, compuesto por Juvenal Rodríguez, Adrían Gerónimo, Cristian Aquino y Cristian Muñoz. En los últimos entrenamientos, este grupo se ha hecho cargo de la preparación del equipo, que se encuentra a las puertas de un partido clave ante Central Córdoba en la Supercopa Argentina, el próximo sábado.

La Legado de Russo y Schelotto en Boca

La relación entre Guillermo Barros Schelotto y Miguel Ángel Russo va más allá de un vínculo profesional. En 2007, ambos compartieron vestuario en Boca Juniors, donde el Mellizo luchó por encontrar su lugar en un equipo repleto de estrellas. A pesar de no haber jugado muchos minutos bajo la dirección de Russo —solo disputó seis partidos y en uno de ellos fue titular—, el recuerdo de su despedida en un Superclásico es un tesoro emocional que perpetúa el espíritu del club. Sin importar las circunstancias actuales, ambos entrenadores son recordados como figuras significativas de la rica historia xeneize.