Maquinchao: El Frío Extremo de la Patagonia
Maquinchao, una pequeña ciudad de la provincia de Río Negro, se ha ganado un lugar especial en el corazón de quienes aman el clima extremo. Reconocida por ser el lugar donde se registran las temperaturas más bajas del país cada invierno, esta ciudad sorprende a propios y extraños con sus fríos que desafían cualquier pronóstico. En junio de 1991, la mínima alcanzó una asombrosa cifra de -35° C, mientras que en Tierra del Fuego se registraba "solo" -13° C. Incluso en este invierno, el domingo 8 de junio marcó -6.6° C, llevándola nuevamente a la cima del ranking de temperaturas más frías de Argentina, con la particularidad de que, a media mañana, seguía descendiendo. Este patrón de bajas temperaturas no es casualidad, sino el resultado de la combinación de factores geográficos y climáticos que hacen a Maquinchao única.
La ubicación geográfica de Maquinchao es decisiva en su clima extremo. Situada en la meseta patagónica, a 880 metros sobre el nivel del mar y lejos de la costa, la ciudad experimenta una notable amplitud térmica. Según el profesor Nicolás Santángelo, esta amplitud térmica diaria y anual en la meseta rionegrina es extremadamente marcada, lo que permite que las temperaturas caigan a niveles que podrían parecer inimaginables. A diferencia de las localidades costeras, donde el océano actúa como un regulador de la temperatura, en Maquinchao no existe este efecto moderador, lo que contribuye a que el frío sea más intenso y prolongado.
El acceso a Maquinchao también refleja su carácter aislado y enigmático. Ubicada sobre la ruta nacional Nº 23, se encuentra a 300 kilómetros de Bariloche y 572 de Viedma, en el corazón de la estepa rionegrina. Conocida como la “Capital de La Lana” y siendo uno de los puntos de parada del Tren Patagónico, su estación fue inaugurada en 1927, cuando aquellas tierras estaban bajo el dominio de una estancia inglesa. A lo largo de su historia, Maquinchao ha sido un pueblo que ha enfrentado el aislamiento y las severidades del clima, donde en el invierno de 2022 se registró una temperatura de -15° C. A medida que este año avanza y el invierno aún está por comenzar, las temperaturas vuelven a acercarse a sus marca históricas, reafirmando su reputación como la ciudad más fría de Argentina.