La revancha de Alejandro Gagliardi
Alejandro Gagliardi ha vuelto a brillar en la Primera Nacional. Con 16 goles en 26 partidos para Agropecuario de Carlos Casares, se ha consolidado como el máximo artillero de la categoría. Sin embargo, su camino no siempre fue fácil. Durante su primera etapa en el club, de 2019 a 2021, pasó por una sequía goleadora que lo llevó a tocar fondo. “Se hizo duro. Trabajé con un psicólogo porque en los entrenamientos hacía goles pero, en los partidos, no”, confiesa el delantero cordobés. La pandemia y una crisis personal parecían acabar con su sueño, pero después de un largo proceso de reinvención y esfuerzo, Gagliardi regresó a la cancha con más fuerza que nunca.
Un camino lleno de desafíos
La historia de Gagliardi está marcada por esfuerzos y sacrificios. Antes de encontrar la red nuevamente, jugó para varios clubes, incluido Villa Dálmine, donde logró un doblete que rompió su maleficio el 4 de septiembre de 2021. Con el tiempo, Gagliardi se reconoció en el rol de delantero, un giro que le permitió transformar su carrera. “En mi pueblo hice todas las inferiores y jugaba de enganche o doble 9, pero en Instituto estuve un año y medio jugando de 8”, recuerda. La transición le permitió reencontrarse con su esencia goleadora, mezclando técnica y olfato para el gol, una combinación que hoy lo tiene en su mejor versión con la camiseta de Agropecuario.
El reencuentro con casa
El regreso de Gagliardi a Agropecuario en enero de 2024 significó un cierre perfecto para un círculo que había quedado abierto. El presidente del club, Bernardo Grobocopatel, le brindó una segunda oportunidad. “He estado en muchos lugares, pero este es muy parecido a mi pueblo, aunque con mucha menos gente”, dice Gagliardi, al hablar sobre el pequeño pueblo de Carlos Casares, donde sus lazos familiares y amistosos lo han hecho sentir como en casa. Ahora, a sus 36 años, vive una etapa plena, disfrutando no solo de los goles, sino también de las actividades que caracterizan la vida en esta localidad bonaerense, como jugar a las bochas o salir de pesca. Sin duda, un regreso que va más allá de lo deportivo; una historia de superación que inspira tanto dentro como fuera de la cancha.