River Plate evita el papelón gracias a los penales

El estadio Monumental vibró con emoción el jueves pasado cuando River Plate logró avanzar a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras una tensa definición por penales contra Libertad. Tras un partido que dejó más dudas que certezas, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo se aferró a la suerte y esquivó un potencial fracaso que hubiera significado otro golpe en un 2025 que, hasta ahora, parece un laberinto sin salida. Este triunfo, sin embargo, no oculta la realidad: River ha sido incapaz de ganar un partido decisivo en los 90 minutos, lo que deja a sus hinchas con una sensación de inquietud.

Cifras preocupantes y el peso de la historia

En los últimos tiempos, los resultados de River han sido inciertos. Talleres, Platense y Monterrey también han sido tests difíciles que culminaron en empates, lo que evidencia la falta de un equipo confiable. El hecho de que el equipo haya gastado 75 millones de dólares en mercados de pases recientes y aún dependa de veteranos como Enzo Pérez (39 años), Franco Armani (38) y Nacho Fernández (35) resalta esa preocupación. La victoria ante Libertad, aunque celebrada, resalta la fragilidad del grupo, que se tuvo que ” abrazar a las señales del destino” para evitar lo que podría haber sido un desastre mayor.

Más que ganar, encontrar el juego

Pese a estar entre los ocho mejores equipos de América y liderar su zona en el Clausura, la sensación es que River juega con la presión de la historia a cuestas. Después de una presentación pálida, Gallardo dejó atrás el 4-3-3, pero nada parece dar resultados. Los hinchas, acostumbrados a un fútbol ofensivo y atractivo, sienten que su equipo está muy lejos de ese nivel. Ahora el desafío es mayor: enfrentarse al Palmeiras en los cuartos de final y demostrar que, más allá de esta agónica victoria, tienen lo necesario para brillar en la competencia más exigente del continente. Así, la pasión que anima a los hinchas se compone de ansiedad e incertidumbre, pero también de un ferviente deseo de que River recupere su esencia.