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Ex-monja se presenta en La Voz Argentina y enamora a todos: la divertida reacción de Lali Espósito.

Lectura Obligada

La Historia de Lucila Garombo en La Voz Argentina: De Monja a Cantante

Durante la reciente edición de las Audiciones a Ciegas de La Voz Argentina 2025, el público fue testigo de una historia que marcó la noche. Lucila Garombo, una joven de 31 años oriunda de Alejandro Roca, Córdoba, sorprendió a todos con su interpretación de "Entra a mi hogar", el emblemático tema de Los Manseros Santiagueños. Pero fue su revelación de haber sido monja durante seis años lo que realmente capturó la atención de los coaches, especialmente de Soledad Pastorutti, quien giró su silla y la incluyó en su equipo. Este giro inesperado en la vida de Lucila revela una conexión profunda entre su espiritualidad y su amor por la música, un vínculo que ha dado forma a su historia personal y artística.

Lucila se adentró en la vida monástica a los 23 años, al ingresar al Monasterio de la Visitación de Santa María en Río Cuarto. Su experiencia como monja de clausura implicó un estilo de vida contemplativo, ocupado mayormente por la oración y el silencio. Sin embargo, su pasión por la música nunca la abandonó. Ya había empezado a tocar la guitarra a los cinco años y, durante su tiempo en el convento, compuso más de 31 canciones, muchas de ellas inspiradas en su fe. Incluso se atrevió a hacer adaptaciones de canciones populares, buscando que su arte sirviera como una forma de misionar. "La música es la manera que tengo de hablar de Dios y conectar con la gente", compartió en varias entrevistas.

El camino de Lucila hacia la vida religiosa no fue directo. Desde pequeña, mostró inclinaciones hacia el arte y el deporte, practicando hockey y soñando con ser actriz. Su inclinación hacia el teatro la llevó a estudiar Licenciatura en Actuación en la Universidad de Buenos Aires, pero una experiencia en una Pascua Joven encendió un llamado espiritual que ella había sentido desde la infancia. A pesar de la disciplina y el silencio propios de la vida monástica, Lucila llegó a la conclusión de que necesitaba un cambio. En un acto valiente, decidió dejar el convento, llevando consigo su fe intacta y un ferviente deseo de regresar al escenario. Su historia, unida a su talento vocal y carisma, promete resonar en el corazón de muchos a medida que avanza en su carrera musical.

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