Despedida a un Ícono: Andrés Lamunière
En una emotiva ceremonia, la comunidad de Bariloche se reunió para despedir a Andrés Lamunière, quien dejó este mundo a los 102 años. Conocido como expresidente del Club Andino Bariloche y como socio honorario, Lamunière fue una figura fundamental en la historia de la Colectividad Suiza en la ciudad. Su vida estuvo marcada por su inquebrantable compromiso con la montaña y su involucramiento en las instituciones locales. Desde su nacimiento el 14 de diciembre de 1922, hasta su fallecimiento, Andrés se convirtió en un símbolo del montañismo y del desarrollo cultural de la región.
Un Legado en las Montañas
La trayectoria de Lamunière en el montañismo comenzó en 1943 cuando se asoció al Club Andino Bariloche. Su participación fue activa y apasionada, colaborando en la construcción de refugios, edición de anuarios, y formando parte de diversas comisiones y proyectos. En palabras del CAB, “vivió con pasión la época dorada del montañismo romántico y fue testigo privilegiado de los grandes cambios sociales, culturales y naturales de nuestra ciudad”. La esencia de su legado perdura en cada sendero y cumbre, convirtiéndose en parte fundamental del corazón del club que tanto amaba.
Reconocimiento y Aprecio Comunitario
La Asociación de Amigos de las Colectividades Europeo Argentinas también expresó su tristeza por la pérdida de Lamunière, recordando su papel como uno de los integrantes fundadores de la Colectividad Suiza Bariloche. En un conmovedor mensaje difundido en las redes sociales, destacaron que su legado “trascendió los límites de las colectividades”, subrayando la influencia que tuvo en la rica historia del montañismo local. La comunidad, familiares, amigos y vecinos se unieron para reconocer su labor como constructor de tejido social, defensor de la memoria histórica y entusiasta amante de la vida en la montaña. Las despedidas resonaron con un sentimiento profundo y sincero, reflejando el impacto emocional de su ausencia en Bariloche.
Sin lugar a dudas, Andrés Lamunière dejó una marca imborrable en la historia de Bariloche y su legado seguirá vivo entre aquellos que recorren sus montañas y senderos.