José "Pepe" Mujica: Un legado imborrable
Hoy, el mundo despide a José "Pepe" Mujica, un referente de la izquierda en Uruguay que, a lo largo de su vida, se convirtió en un símbolo de lucha y resiliencia. Mujica, quien falleció a los 89 años tras una valiente batalla contra el cáncer de esófago, dejó una huella profunda en la política uruguaya y en la conciencia colectiva de su pueblo. Su muerte fue confirmada por el actual presidente uruguayo, Yamandú Orsi, quien expresó su gratitud a través de redes sociales, recordando a Mujica como un "presidente, militante y conductor" que marcará un vacío en la sociedad.
El camino de Mujica no estuvo exento de obstáculos. Desde sus años de juventud, militó en el grupo guerrillero Tupamaros, lo que le llevó a ser encarcelado en varias ocasiones durante las décadas de 1960 y 1970. Después de casi una década, recuperó su libertad en 1985, coincidiendo con la transición democrática de Uruguay. Durante su presidencia —que se extendió del 2010 al 2015— Mujica priorizó la educación y la inclusión social, implementando políticas que fomentaron el acceso a la universidad y la incorporación de energías renovables. Con un enfoque en la justicia social, su gobierno también fue pionero en la legalización del consumo de marihuana y la despenalización del aborto, así como en la aprobación del matrimonio igualitario, consolidándose así como un ícono de la empatía y apertura.
La última aparición pública de Mujica fue en octubre de 2024, en un acto de cierre de campaña del Frente Amplio. A pesar de su fragilidad, su discurso resonó con fuerza, abordando temas de esperanza y unidad en un país que ha enfrentado múltiples desafíos. Despidió su intervención con palabras que siguen inspirando: "No al odio, no a la confrontación. Hay que trabajar por la esperanza". Su legado perdura en su lucha y en la convicción de que la verdadera política debe estar basada en el amor y el respeto hacia todos los ciudadanos, dejando un ejemplo que sigue vigente en la memoria de muchos.
