La ciudad de La Plata se encuentra de luto tras la pérdida de un ícono del fútbol argentino: Juan Ramón Verón, conocido cariñosamente como la Bruja. Con 81 años, Verón se despidió de este mundo dejando un legado imborrable en Estudiantes de La Plata. A lo largo de su vida, demostró no solo ser un futbolista excepcional, sino también un ferviente defensor de los valores que representa el club. La noticia de su fallecimiento ha resonado profundamente en la comunidad, que ahora recuerda al hombre que transformó el juego en su ciudad y que fue un referente para tantas generaciones.
Su carrera está marcada por momentos inolvidables que se han vuelto parte de la historia del club. Uno de los hitos más destacados ocurrió en 1968, cuando Verón anotó el gol que le otorgó a Estudiantes su única Copa Intercontinental, en un épico encuentro contra el Manchester United en Old Trafford. Esa victoria no solo significó un gran triunfo deportivo, sino que también elevó el prestigio del fútbol sudamericano a nivel mundial. Pero más allá de los goles y títulos, Verón se destacó por su pasión y dedicación en la formación de jóvenes talentos, cimentando así su lugar como una figura clave en el desarrollo del fútbol en su ciudad.
El impacto de la Bruja trasciende lo deportivo; su legado como mentor ha sido fundamental para la formación de numerosos futbolistas que han seguido sus pasos en Estudiantes. A pesar de los recientes problemas de salud que lo llevaron a ser internado, su memoria sigue viva en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y en la identidad misma del club. Las redes sociales y los medios de comunicación se han llenado de emotivos mensajes de reconocimiento y despedida, reflejando el profundo cariño que la comunidad siente por él. Verón no solo dejó un vacío en su familia y amigos, sino que su partida marca un antes y un después en la historia de Estudiantes de La Plata, un club que, sin duda, seguirá honrando su legado por generaciones.