El legado de Mónica Elvira en Bariloche
En el día de hoy, la comunidad de Bariloche se encuentra de luto tras el fallecimiento de Mónica Elvira, una figura entrañable que, a lo largo de su vida, dejó una huella imborrable en la ciudad. Conocida por su inquebrantable espíritu y dedicación, Mónica fue más que una amiga; fue una hermana para muchos, incluyendo a Sergio Suez, quien recordó su conexión especial. Durante años, Mónica compartió momentos de risas y charlas interminables con sus seres queridos, y su ausencia será profundamente sentida en todos aquellos que tuvieron la suerte de conocerla.
Mónica, visionaria y comprometida, se destacó en diversas actividades a lo largo de su vida. Su trabajo en el municipio fue fundamental para la creación del gremio Soyem, donde luchó incansablemente por los derechos de los trabajadores. Comprometida con su ciudad, retornó a Bariloche después de un exilio forzado durante la dictadura militar. Su tiempo en la municipalidad también estuvo marcado por su labor en el área de Turismo, donde implementó cursos para guías que estandarizaron su formación. Además, su amor por el arte se reflejó en su escritura y su pasión por la cerámica, recordando siempre que tenía una “adolescencia crónica”.
A lo largo de su trayectoria política, Mónica fue parte de momentos cruciales para Bariloche, habiendo sido constituyente desde 1986 hasta 2006. Su honestidad y capacidad la convirtieron en una figura respetada, aunque no estuvo exenta de desafíos. Pese a las maniobras que la apartaron de sus aspiraciones como concejal, nunca perdió el impulso y continuó trabajando por los derechos y la cultura de su comunidad. El impacto de su vida, aunque marcada por sufrimientos, fue el de un roble inquebrantable que siempre se levantó ante la adversidad.
Quienes deseen rendir homenaje a Mónica podrán hacerlo mañana martes en el velatorio de calle 25 de Mayo 1041, donde amigos y familiares se reunirán para recordar su vida y legado en Bariloche.