Descalabro en el Estadio Victoria
El Necaxa sufrió una dura derrota el lunes por la noche, perdiendo 3-0 ante Xolos de Tijuana en un encuentro lleno de tensión y críticas. Lo más alarmante de esta caída es que el equipo dirigido por Fernando Gago se retiró del campo de juego bajo la presión de silbidos de su propia hinchada, y hasta hubo un episodio lamentable cuando una botella fue arrojada desde la tribuna. Con este resultado, el conjunto de Aguascalientes se encuentra en la 15° posición de la tabla, sumando solo un triunfo en los últimos siete partidos, en los que acumula 300 minutos sin marcar goles.
Una Dura Realidad
Tras el pitido final, Gago se presentó en conferencia de prensa asumiendo la responsabilidad: “Soy el máximo responsable“. Su equipo ha visto dificultades no solo para ganar, sino para adaptarse a su estilo de juego, lo cual ha generado un clima de incertidumbre a medida que se acercan los próximos encuentros. La situación se complica aún más, ya que Necaxa fue incapaz de contener a sus rivales, terminando el partido con dos expulsados: Ricardo Monreal a los 16 minutos y Díber Cambindo en el segundo tiempo. “Hasta la primera expulsión estábamos jugando como lo planeamos. Después, con un hombre menos, todo se complica”, lamentó Gago, reflejando el desconcierto del plantel.
Un Futuro incierto
Con la mirada en el horizonte, Juárez, Puebla y Chivas serán los próximos rivales de los Rayos. El desempeño del equipo en estos encuentros será crítico, ya que la directiva está evaluando seriamente la continuidad de Gago al frente del equipo. Los informes desde Aguascalientes sugieren que, si los resultados no mejoran, podría tomarse la decisión de destituirlo. La presión no solo recae sobre él, sino también sobre los jugadores, que parecen haber perdido la confianza en su capacidad para revertir esta serie de malos resultados.