Productores y el Gobierno de Río Negro Cuestionan el Ingreso de Carne con Hueso al Sur del Colorado
El reciente anuncio del gobierno nacional, liderado por Javier Milei, sobre la flexibilización de la barrera sanitaria y la autorización para el ingreso de carne con hueso desde el norte del río Colorado ha desatado un torrente de preocupaciones en el sur. Productores, el gobierno de Río Negro y la Sociedad Rural de Bariloche han alzado la voz contra esta medida, que consideran “inconsulta” y que podría representar un retroceso en el estatus sanitario de la Patagonia. Durante más de dos décadas, la región ha disfrutado de un perfil sanitario libre de fiebre aftosa sin necesidad de vacunación, reconociéndose por esto en los mercados internacionales más exigentes. Desde el gobierno local, advierten que esta flexibilización no solo pone en riesgo la carne bovina, sino también otras producciones estratégicas como la ganadería ovina y la fruticultura.
Leandro Ballerini, de la Sociedad Rural de Bariloche, enfatizó la gravedad de la decisión y su impacto potencial en la salud del ganado. La preocupación principal radica en que, si se produjera un brote de fiebre aftosa, las consecuencias podrían ser devastadoras. Ballerini hizo hincapié en que el estatus sanitario de la Patagonia fue alcanzado a través de años de esfuerzo y adaptación por parte del sector productivo, que ahora se ve amenazado. Además, se cuestiona la falta de consulta a los actores involucrados en la decisión, que parece estar más alineada con intereses comerciales de grandes exportadores que con la salud pública y el bienestar de la producción local.
La historia no es ajena a los productores, quienes recuerdan vívidamente el brote de fiebre aftosa ocurrido en los años 90, cuando miles de ovinos y vacunos fueron sacrificados en la zona. Este recuerdo hace que la preocupación se intensifique ante la posibilidad de que se repita una situación similar. “La prudencia es clave”, advierten en el sector. La sensación es que, en lugar de avanzar, se está retrocediendo en materia de seguridad sanitaria. En un contexto internacional donde otros países están tomando medidas drásticas para preservar su estatus sanitario, la decisión de flexibilizar las regulaciones en la Patagonia se ve como un desacierto que podría resultar catastrófico para el futuro de la producción local.
En resumen, el dilema que enfrentan los productores y el gobierno de Río Negro es complejo y tiene profundas repercusiones. La protección de su estatus sanitario es vital no solo para la seguridad del ganado, sino también para la economía de la región, que se sostiene en gran parte de estas actividades productivas. La falta de consenso y consulta en la implementación de esta medida refleja una desconexión preocupante entre las políticas del gobierno nacional y las realidades del campo argentino.
