El Escándalo de los Tapados: ¿Quién es la verdadera dueña?
La reciente disputa entre Susana Giménez y Graciela Alfano ha captado la atención de todos, desatando una guerra de egos que no se limita solo a palabras, sino que incluye un icónico tapado de piel. Todo comenzó con una intervención de Susana en su programa de televisión, donde, sorprendiendo a todos, se pronunció acerca de la propiedad de un tapado que usó María Julia Alsogaray en una famosa tapa de la revista Noticias. La diva afirmó que el tapado pertenecía a Graciela Borges y no a Alfano, y en medio de esta disputa, la actriz de La ciénaga se vio obligada a salir en defensa de su propia versión de los hechos.
Graciela Borges, quien no se quedó callada, se sumó al debate a través de su cuenta de Instagram. Allí, replicó un mensaje de Gabriela Cerruti donde se afirmaba que el tapado era originalmente de ella. En sus declaraciones, Borges reafirmó con firmeza que el tapado había sido de su propiedad desde el principio. “El tapado era mío, yo lo llevé esa noche”, comentó en una reciente entrevista, resaltando su punto de vista sin titubeos. Mientras tanto, Susana también entró al juego, revalidando la idea de que Alfano no tenía derecho a reivindicar el tapado, pues ella también había sido testigo de la situación.
El bombardeo de declaraciones no se detuvo ahí. Graciela Alfano, fiel a su estilo provocador, mantuvo su versión, sugiriendo que el tapado había sido utilizado sin su consentimiento, incluso comentando que lo habrían alterado digitalmente para hacerlo más atractivo. Las tensiones llegaron a un punto crítico cuando Susana acusó a Alfano de intentar perjudicarla durante años, incluso señalando que había recibido ataques personales, algo que suma a la historia de rivalidad que las dos actrices han compartido durante décadas. En medio de este torbellino de palabras, el tapado se convierte no solo en un accesorio de moda, sino en un símbolo de una enemistad profundamente arraigada y llena de fervor.
Mientras los cibernautas y los medios de comunicación siguen la controversia con avidez, la atención se centra en los vaivenes de esta batalla mediática en la que la moda, la fama y un tapado de piel han desatado una serie de acusaciones y revelaciones personales que, de seguro, alimentarán el debate en la farándula argentina por mucho tiempo más. En el mundo del espectáculo, lo que a simple vista parece un conflicto trivial, puede transformarse en una saga llena de drama y emoción, donde cada declaración añade chispas a un fuego que, aunque apaciguado por momentos, tiene el potencial de volver a encenderse en cualquier momento.
