La Eliminación de Sandra Priore en Gran Hermano: Un Revés Emocional
La gala número 24 de Gran Hermano (Telefe) trajo consigo una de las decisiones más impactantes de la edición. Sandra Priore, oriunda de La Plata, fue eliminada tras recibir el 52,4% de los votos en un duelo directo contra Selva Pérez. Este resultado late con intensidad, sobre todo porque se produce en una etapa crucial, a solo tres semanas de la ansiada final. La semana previa estuvo marcada por tensiones palpables entre los participantes, con acusaciones y conflictos que reflejaron un ambiente de creciente presión. En un formato innovador propuesto por Santiago del Moro, la gala se dividió en dos días—lo que elevó aún más las expectativas. Sandra había asumido rápidamente un rol de liderazgo desde su ingreso en diciembre, organizando las tareas del hogar y tomando decisiones grupales, pero su estilo de juego se complicó con la aparición de Selva, una de las favoritas del público.
La dinámica del juego se tornó especialmente tensa con el conflicto interno que involucró a Petrona Jerez y Selva. Aunque la producción decidió no sancionar el episodio, la controversia tuvo un impacto emocional significativo, llevando a Selva a sentirse injustamente tratada y temerosa de una posible expulsión. Sandra, que hasta entonces había mantenido una relación cercana con Petrona, vio cómo esa tensión afectaba sus propios vínculos. Selva, quien ingresó más tarde en la competencia y rápidamente se convirtió en una figura mediática, adoptó un enfoque más carismático y frontal, lo que la llevó a ganar adeptos en las redes sociales y a desafiar abiertamente a sus oponentes en casa. La separación de estos perfiles —el ordenado enfoque de Sandra versus la explosiva personalidad de Selva— transformó el escenario en un campo de batalla emocional.
La salida de Sandra generó conmoción en la casa y entre los seguidores del programa. Su rol como organizadora fue destacado por Del Moro, quien subrayó su impacto en las dinámicas de convivencia. Los otros participantes expresaron respeto y emociones encontradas ante su eliminación; hubo lágrimas y aplausos en el estudio. Con la puerta giratoria ya activa, Andrea, la acompañante de Sandra, también fue eliminada, haciendo que la tensión fuera palpable en el ambiente. En el fondo, el juego continúa con siete jugadores restantes que luchan por un premio millonario de 83 millones de pesos. La expectativa crece de cara a la semifinal, que se llevará a cabo el 23 de junio, mientras que los exparticipantes que regresaron como visitantes también añaden una capa extra de competencia. La última etapa del reality promete ser intensa y llena de sorpresas, a medida que los votantes no solo elijan a los que desean que se queden, sino que también involucran nuevas dinámicas entre los concursantes.
