La Cruda Realidad de Carlos Ponce
Una Llamada de Ayuda
Carlos Ponce, un mendocino de 40 años, se encuentra en una situación crítica. Desde hace cuatro meses, reside en Bariloche, donde ha buscado refugio en el hogar Emaus. Sin embargo, su salud ha sido severamente afectada por las lesiones que sufrió a causa de ocho disparos de arma de fuego. Esta serie de eventos ha dejado a Ponce con dificultades motrices significativas. “Pido ayuda, al menos una carpa para dormir a la intemperie”, expresa, mientras comparte su número telefónico, 2944604578, para recibir apoyo.
Las Secuelas de la Violencia
Las heridas en el cuerpo de Carlos son un recordatorio del pasado violento que ha enfrentado. “Tengo una pierna muerta”, señala, refiriéndose a dos balas alojadas en su columna. Su movilidad se ha visto drásticamente reducida, y actualmente depende de un andador para desplazarse. La falta de un lugar seguro y estable para vivir agrava su situación, ya que la vida en la calle pone en riesgo su salud y bienestar. Carlos relata que decidió abandonar Mendoza para escapar de un entorno que lo hacía sentir vulnerable y expuesto a mayores peligros.
La Respuesta de la Comunidad
Desde el hogar Emaus, Jorge Linquiman ha sido una voz clave en el apoyo a Carlos. Linquiman confirmó que Ponce ha estado alojado en el hogar, donde se les informa a los solicitantes sobre los límites de la estadía, dado que los espacios son escasos. Esto ha llevado a que Carlos se encuentre en una encrucijada: sin un lugar donde quedarse y con la necesidad de buscar otras alternativas, a pesar de que estas le han sido ofrecidas. La comunidad se enfrenta a un desafío constante en la búsqueda de soluciones duraderas para aquellos como Carlos, que se encuentran en circunstancias desesperadas.
La historia de Carlos Ponce es un reflejo de una realidad que muchas personas viven diariamente, destacando la importancia de la empatía y el apoyo social en momentos críticos.


