Escándalo en Avellaneda: Hincha de la U de Chile denuncia torturas policiales
En un encuentro que prometía ser una fiesta de fútbol, el partido entre Independiente y Universidad de Chile terminó en caos y violencia. Durante los disturbios ocurridos en la Comisaría Seccional Primera de Avellaneda, se reportó la detención de 104 hinchas de la U de Chile, lo que desató un escándalo mediático. Uno de los simpatizantes liberados, visiblemente golpeado y con moretones en el rostro, hizo graves acusaciones contra la policía y la organización del evento, llamando a la situación “más que un problema futbolístico, un tema político”.
Denuncias de brutalidad
El fanático relató su experiencia de forma angustiante: “Fue la policía. Hicieron un llamado por el alto parlante para salir del estadio y evacuaron. Iba saliendo mucha gente y la policía me hizo una zancadilla, me patearon entre tres y me llevaron detenido”. Sin embargo, su primera sorpresa fue el tratamiento que recibieron por parte de los agentes durante la evacuación. A pesar de que no había efectivos de seguridad privada presentes, los hinchas fueron agredidos físicamente, según su relato. “Nos pegaron, nos torturaron”, enfatizó, añadiendo que los estaban acusando injustamente, incluso de “haber matado a una nena de cinco años”.
Acusaciones contra Independiente y sus dirigentes
El drama no terminó con su liberación. A medida que el hincha afirmaba su versión de los hechos, también apuntaba a un “sospechoso manejo de Independiente”. Afirmó que existía una “mafia” dentro del club, que operó con total impunidad durante los incidentes. “La gente del Rojo hizo lo que quiso, pasó por donde quiso para llegar a donde estábamos nosotros y la policía mirando sin hacer nada, cómplices completamente”, dijo, cuestionando la falta de medidas adecuadas por parte del equipo organizador. Además, mencionó que las declaraciones del DT Julio Vaccari sobre “ganar aunque sea robando” fueron el detonante para la agitación. Comparó la situación con un reciente partido entre Racing y Peñarol, donde la policía aseguraba la protección de la hinchada visitante de manera efectiva, dejando en evidencia una gestión lamentable en este último evento.