Ajuste Unilateral del Salario Mínimo: Una Resolución Controvertida
En junio, el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) en Argentina experimentó un ajuste significativo en un contexto económico marcado por la incertidumbre. La administración de Javier Milei decidió implementar un incremento salarial de forma unilateral, tras el fracaso de las negociaciones en el Consejo del Salario. Este ajuste, pensado para aliviar la carga económica de los trabajadores, se realiza bajo un esquema escalonado que no contó con la participación de sindicatos ni de otros actores sociales relevantes. Aunque se esperaba que esta medida brindara un alivio momentáneo, los especialistas advierten que el ritmo de estas mejoras apenas logra igualar la inflación que continúa acechando la capacidad de compra de los argentinos.
El nuevo esquema de salarios estipula que desde el 1 de junio de 2025, el salario mínimo se fijará en 313.400 pesos mensuales, con un aumento gradual mensual que comenzó en 302.600 pesos en abril. Sin embargo, a pesar de seguir estos incrementos, el poder adquisitivo de los trabajadores se ve debilitado, ya que el SMVyM se encuentra por debajo de la línea de pobreza establecida por la Canasta Básica Total (CBT). Esto significa que muchos trabajadores aún luchan para cubrir sus necesidades básicas, un hecho que afecta intensamente a las familias argentinas en un momento de alta inflación. La realidad es que, aunque el incremento es un paso adelante, muchas personas sienten que cada billete vale menos, lo que limita su capacidad para llevar un estilo de vida digno.
Además, este cambio en el salario mínimo tiene repercusiones en la Prestación por Desempleo administrada por Anses. Este beneficio, fundamental para quienes se encuentran sin empleo, se calcula tomando como referencia el SMVyM, lo que implica que cualquier ajuste en el salario también repercute en esta prestación. Según las nuevas regulaciones, la ayuda mínima no podrá ser inferior al 50% del SMVyM vigente, ofreciendo un aliciente para quienes enfrentan la difícil situación del desempleo. No obstante, aún queda por ver cómo estos cambios impactarán en la economía familiar en un país que lucha por salir adelante frente a la inflacionaria presión económica. La dinámica del salario mínimo y su relación con otras prestaciones sociales será un tema de constante análisis en las próximas semanas y meses.
